MADRID, 23 Ago. (UROPA PRESS) -
Científicos del Hospital Central de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, aseguran que si un infarto cerebral leve o moderado es tratado durante la hora y media posterior a los primeros síntomas, lo que se considera un tratamiento ultrarrápido, se reduce enormemente el riesgo de discapacidad.
La Asociación Americana del Corazón recomienda llegar a un hospital en las tres horas posteriores a la aparición de los primeros síntomas. Por otro lado, también reconocen que los anticoagulantes se pueden administrar hasta 4,5 horas después.
Sin embargo, en su estudio los investigadores finlandeses aseguran que los supervivientes con infartos leves a moderadas que recibieron los medicamentos anticoagulantes en los primeros 90 minutos tenían poca o ninguna discapacidad tres meses más tarde, en comparación con los que fueron tratados entre los 90 y 270 minutos.
"El tratamiento ultra-precoz aumenta la probabilidad de obtener resultados excelentes", ha aseverado Daniel Strbian, del Departamento de Neurología de la universidad y autor de la investigación.
El estudio incluyó a más de 6.800 pacientes de 10 centros de europeos que habían sufrido un ictus en los últimos 14 años. Todos ellos fueron tratados por vía intravenosa con alteplasa, un medicamento anticoagulante que se administra por vía intravenosa.
Los pacientes se dividieron en tres grupos según la gravedad del accidente cerebrovascular y, según los resultados, los pacientes con un ictus leve fueron los que más se beneficiaron del tratamiento. Por contra, los pacientes más graves tuvieron más dificultades porque presentaban obstrucción arterial grave.