El tratamiento precoz del mieloma asintomático retrasa la progresión de la enfermedad y prolonga la supervivencia

Grupo Español de Mieloma
GRUPO ESPAÑOL DE MIELOMA
Actualizado: jueves, 1 agosto 2013 13:10

MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

El tratamiento precoz del mieloma asintomático de alto riesgo de transformación en mieloma múltiple activo puede mejorar de forma significativa la evolución de la enfermedad, al retrasar su progresión y aumentar significativamente la supervivencia de los pacientes, según ha mostrado ensayo clínico llevado a cabo por el Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA), publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine'.

De hecho, los resultados del estudio, coordinado por los doctores del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, Jesús San Miguel y María Victoria Mateos, han puesto de manifiesto la necesidad de identificar, como un grupo diferente, a los pacientes con mieloma asintomático de alto riesgo de transformación en activo, así como la conveniencia de considerarlo como un mieloma sintomático en fase precoz.

Y es que, el mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se produce por la transformación maligna de las células plasmáticas, presentes en la médula ósea y responsables de producir, en lugar de inmunoglobulinas normales, un único tipo de inmunoglobulina llamado componente monoclonal. Los síntomas que aparecen son lesiones óseas que producen dolor óseo, anemia, hipercalcemia o insuficiencia renal.

Además, los pacientes que sufren este tipo de neoplasia tienen mayor riesgo de padecer infecciones. "En los últimos años han aparecido fármacos nuevos para el tratamiento del mieloma múltiple, lo que ha contribuido a aumentar la esperanza de vida de forma notable, de manera que la supervivencia media se sitúa ahora entre los 5 y los 7 años", ha comentado el doctor San Miguel.

No obstante, existe una situación previa a la aparición de los síntomas propios de la enfermedad, fase denominada mieloma quiescente (smoldering) o asintomático, en la que se ha centrado el ensayo clínico. "Aunque también hay proliferación de células plasmáticas en la médula ósea que producen la inmunoglobulina monoclonal, estos pacientes no recibían ningún tratamiento porque no presentaban sintomatología. De hecho, los ensayos clínicos que habían evaluado el tratamiento precoz, antes de aparecer los síntomas, frente al diferido, cuando el paciente ya es sintomático, no mostraban diferencias en cuanto a supervivencia", ha apostillado el experto.

Sin embargo, ha proseguido, el riesgo de que estos pacientes se conviertan en sintomáticos no es bajo, un 10 por ciento anual, lo que significa que la mitad de los enfermos sufren la transformación de la enfermedad en un periodo de cinco años. En este sentido, el experto ha avisado de que el riesgo "tampoco es uniforme" a lo largo del tiempo, por lo que hay "diferentes tipos de pacientes" con mieloma asintomático.

En esta línea, ha recordado que el Grupo Español de Mieloma ya demostró la existencia de tres grupos de pacientes dentro de los afectados por mielomas asintomáticos. "Unos de muy bajo riesgo de transformación a mieloma activo, otros de riesgo intermedio y un tercer grupo de alto riesgo, en el que en más de la mitad se producía la conversión en mieloma múltiple en menos de dos años. En este tercer grupo, que podemos denominar mieloma quiescente de alto riesgo, se ha centrado el ensayo clínico", ha apostillado.

ADMINISTRACIÓN ORAL Y BUENA TOLERANCIA DEL TRATAMIENTO

Concretamente, en el estudio actual aleatorizado han participado 120 pacientes divididos en dos grupos: la mitad de ellos no recibió ninguna terapia hasta la aparición de la sintomatología del mieloma, tal como se abordaba hasta ahora esta fase de la enfermedad; mientras que a los otros 60, el grupo experimental, se les administró un tratamiento antimieloma con el fin de averiguar si esta terapia precoz retrasaba la aparición de los síntomas.

"El tratamiento elegido fue lenalidomida, un fármaco inmunomodulador nuevo que había demostrado una alta eficacia en los enfermos con mieloma activo, junto con dexametasona, un corticoide. Esta terapia presenta el atractivo adicional de que se administra por vía oral y presenta un excelente nivel de tolerancia", ha detallado el doctor San Miguel.

En este sentido, los resultados del ensayo han mostrado un porcentaje elevado de respuesta al tratamiento en el grupo experimental, superior al 80 por ciento, y una disminución de 5,59 veces menos en la progresión de la enfermedad en los pacientes tratados precozmente frente a los no tratados. Además, un 74 por ciento de los pacientes no tratados ya han progresado a mieloma activo mientras que sólo lo han hecho un 22 por ciento de los pacientes tratados precozmente con lenalidomida y dexametasona.

"Lo más importante es que esta terapia aumenta la supervivencia en los pacientes tratados precozmente con lenalidomida y dexametasona. Un 94 por ciento de los pacientes que recibieron el tratamiento seguía vivo a los cinco años, frente al 78 por ciento del grupo que no fue tratado. Además, la terapia resultó bien tolerada por la mayoría de los pacientes", ha zanjado.

Para la realización de este estudio, pionero en el mundo, se ha contado con la participación de 21 hospitales españolas, pertenecientes al GEM-PETHEMA, 3 centros portugueses.