MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los trasplantes de riñón procedentes de donantes vivos han pasado de representar en España algo menos del 1% del total a un 4% en la actualidad. El impulso de estas donaciones mantiene estable el número de trasplantes de riñón, entre los 2.200 y los 2.400 al año. El doctor Antonio Alcaraz, coordinador del Grupo de Trasplantes de la Asociación Española de Urología (AEU) apunta otras razones como "el alto nivel de donación en el país y la donación de cadáver".
Según este experto, la revolución de la técnica del trasplante ha sido posible gracias a la utilización de la nefrectomía laparoscópica (extirpación total o parcial del riñón) en donante vivo. Esta técnica se considera mínimamente invasiva pues "la recuperación se produce en menos de la mitad de tiempo y, por tanto, la vuelta al trabajo es mucho antes. Además la necesidad de analgésicos en el postoperatorio se reduce en un 50%. Por otro lado, la cicatriz y el daño estético para el paciente es menos, no tiene nada que ver con las técnicas antiguas", señala el doctor Alcaraz.
Además, cada vez existe un mayor uso de los riñones subóptimos, aquellos en los que "se trata de establecer criterios, cada vez mejores, para averiguar cuándo un riñón va a ser viable o no", explica el doctor Alcaraz. Los donantes a corazón parado son otras fuentes de obtención de órganos, según Alcaraz, "cada vez más importantes", y es una línea cada vez más seguida en muchos centros de nuestro país.
EXPECTATIVA MEDIA DE VIDA DE 20 AÑOS
Mientras más del 70% de los riñones mantiene su función a los 10 años, se estima que un riñón trasplantado a partir de un donante vivo tiene una expectativa media de vida en torno a los 20 años.
A pesar de las altas tasas de donación de la sociedad española, la AEU hace hincapié en la necesidad de donantes vivos. El doctor Alcaraz advierte que el perfil de donante ha cambiado en los últimos veinte años, cuando correspondía a un joven muerto en accidente de tráfico."Actualmente dos tercios de los donantes son mayores de 50 ó 60 años", apunta, lo que significa que los riñones donados no son tan "adecuados" para un receptor joven.
En cuanto a las listas de espera, el tiempo es mucho mayor para pacientes más jóvenes."En estos últimos casos es donde el donante vivo resulta fundamental, y más cuando se sabe que el tiempo de espera en diálisis es un factor pronóstico para determinar cómo va a funcionar el riñón que transplantemos", subraya el experto de la AEU. El problema es grave, porque cuanto más tiempo lleve el paciente en diálisis menos posibilidades de éxito tiene el riñón. Si se trasplanta antes de llegar a la diálisis, el órgano puede seguir funcionando sin problemas transcurridos de 10 a 20 años. En este sentido, la tasa de supervivencia es mayor en pacientes trasplantados que en los pacientes en diálisis.