LISBOA 10 Ene. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
Los médicos y enfermeras españolas que trabajan en Portugal quieren que el problema de la "caza a la multa" a las matrículas españolas esté en la agenda de la XXIII Cumbre Ibérica, que el próximo 18 y 19 de enero se celebra en Braga, y que contará con la presencia de los jefes de Gobierno de los dos países.
El presidente de la Asociación de Profesionales de la Salud Españoles en Portugal, Xoán Gómez, explicó a Europa Press, que ya se han agotado todas las vías del diálogo y que "es hora de que los políticos pasen a la acción" y un buen momento para ello es la próxima Cumbre Luso-Española.
Los médicos y enfermeros españoles que trabajan en Portugal ya han denunciado en el Tribunal Administrativo de Lisboa, el acoso al que son sometidos por parte de la Brigada de Tránsito de la Guardia Nacional República (GNR) por conducir vehículos con matrícula española en Portugal. "Nos ponen multas, nos retienen la documentación y nos inmovilizan el vehículo hasta que paguemos", explica Gómez, un médico que vive en Tui (Galicia) y trabaja en Ponte da Lima.
"Quieren que matriculemos los coches en Portugal", dice, y eso supone, "no sólo un coste económico, el 60% del valor de vehículo, sino también administrativo porque, para ello, es necesario que tengamos residencia en Portugal, y muchos no la tenemos, como es mi caso", explica.
El martes enviaron una misiva al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, "esa carta ya es desesperada", dice Gómez, que indica que antes habían enviado textos a la Comisión del Parlamento español "nos dijo que teníamos razón, pero no hicieron nada". También hablaron con la Embajada de España en Portugal, con la Xunta de Galicia, un diputado popular planteó la pregunta en el Parlamento Europeo, pero "soluciones ninguna, sólo buenas intenciones", asegura.
Por ello, creen que la Cumbre Ibérica del próximo fin de semana en Braga sería una ocasión inmejorable para tratar el asunto e intentar encontrar una solución. Con esa intención van a enviar a comienzos de semana una nueva carta al primer ministro portugués, José Sócrates, y al jefe del Gobierno español, para, además de pedirles una audiencia, solicitar que este problema sea abordado en la Cumbre.
Xoán Gómez reconoce que después de presentar el pasado 24 de septiembre la demanda en el Tribunal de Lisboa, el acoso cesó un poco, pero "en diciembre volvieron a la carga". "Es una situación insostenible, desesperada e injusta" sobre todo porque "vivimos en Europa, en una Europa sin fronteras y con libre circulación de bienes y personas", afirma.
En Portugal hay unos 14.000 trabajadores españoles, de estos 3.000 son profesionales de la salud, que son los que sufren la mayor persecución porque "tienen muy fácil localizarnos, en los hospitales". "Habrá muchos de éstos --dice Xoán-, que realmente residan en Portugal, tengan todo aquí, pero la gran mayoría son residentes temporales, están por trabajo un tiempo determinado y su intención es volver a España, no hacer aquí su vida, por lo que no es justo que los obliguen a pedir la residencia porque después seríamos extranjeros en España".
Pero va más allá. "A los 80.000 portugueses que trabajan en España no los obligan a tener residencia ni a matricular su coche, porque son ciudadanos europeos, será que nosotros españoles no somos europeos en Portugal", lamentó.
Ante esta situación de "acoso y persecución" algunos están empezando a desesperar e incluso hablan de manifestarse, cerrar fronteras o iniciar huelgas. "Creo que eso es prematuro", dice el presidente de la asociación, que no descarta recurrir a los tribunales europeos. Pero antes, espera que la Cumbre Ibérica dé algún resultado positivo para ellos.