MADRID 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los miembros de los equipos de profesionales de rescate y limpieza que estuvieron expuestos al polvo y los contaminantes tóxicos de los ataques terroristas al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001 sufren de asma a una tasa que dobla la de la población estadounidense general, según un estudio de la Escuela de Medicina del Monte Sinaí en Nueva York. El trabajo se ha hecho público durante la reunión internacional anual del Colegio Americano de Médicos Torácicos que se celebra este año en San Diego (Estados Unidos).
Hasta el 8 por ciento de los trabajadores y voluntarios que participaron en las tareas de rescate y restablecimiento de los servicios esenciales, así como las tareas de limpieza, informan de que sufrieron ataques o episodios de asma después del suceso. El asma se observa en aproximadamente el 4 por ciento de la población general.
Según explica Hyun Kim, director del estudio, "aunque estudios previos sobre el ataque han mostrado problemas respiratorios significativos, este es el primer estudio que cuantifica la magnitud del asma entre estas personas". Ocho años después de los atentados, aún se observan episodios y ataques de asma en tasas que duplican las de la población general no expuesta.
Los investigadores examinaron los registros médicos de 20.843 participantes en las tareas realizadas en la zona del World Trade Center tras el ataque que recibieron revisiones médicas desde julio de 2002 a diciembre de 2007 como parte de un programa coordinado por la Escuela de Medicina del Monte Sinaí. Los resultados se compararon con datos de la Encuesta de Salud Nacional de los Estados Unidos del 2000 y del 2002 al 2007.
En la población general, la prevalencia de episodios y ataques de asma en los 12 meses previos seguía relativamente constante, ligeramente por debajo del 4 por ciento entre 2000 y 2007. En contraste, entre los profesionales que intervinieron en las labores posteriores a los atentados, aunque se produjeron menos del 1 por ciento de episodios de asma durante el 2000, entre 2005 y 2007 el porcentaje había ascendido al 8 por ciento.
En una tasa asociada a la edad, quienes trabajaron tras los ataques eran 2,3 veces más propensos a episodios o ataques de asma que durante los anteriores 12 meses al realizar la comparación con la población general.
El 86 por ciento de los profesionales de rescate e intervención eran hombres y permanecieron trabajando en la zona durante una media de 80 días. El estudio siguió a trabajadores de los servicios de protección y legales, así como a trabajadores de la construcción, así como a voluntarios que participaron en el rescate y recuperación de restos, el restablecimiento de los servicios y la eliminación de los desechos.