MADRID 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
El mismo tipo de inyección botulínica utilizada con propósitos cosméticos podría estar asociada con una menor frecuencia de determinados tipos de migraña, según un estudio de la institución 'SkinCare Physicians' en Massachusetts (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Archives of Dermatology'.
Los investigadores, dirigidos por Christine C. Kim, estudiaron a 18 pacientes con una edad media de 50,9 años que habían recibido o iban a recibir inyecciones botulínicas con propósitos cosméticos y que decían padecer también de migrañas.
De estos pacientes, 10 describían las migrañas como similares a golpes de dolor u oculares y sentían cómo si fuera a salírseles un ojo o como si alguien les estuviera apretando en ellos con un dedo. Otros nueve pacientes se referían a sus dolores como si sus cabezas fueran a explotar o romperse o que la presión en ellas se iba acumulando. Algunos de ellos tenían más de un tipo de jaqueca.
Tres meses después del tratamiento, 13 pacientes habían respondido con una reducción en el dolor de migraña, incluyendo a 10 que tenían los golpes de dolor o dolores oculares y tres que sentían el segundo tipo de acumulación del dolor.
Entre todos los participantes que respondieron al tratamiento, la frecuencia de migrañas se redujo de una media de 6,8 día al mes a 0,7 días. Los pacientes con el tipo de dolor acumulativo experimentaron una reducción media de 11,4 a 9,4 días al mes mientras que entre los que tenían las migrañas asociadas a los dolores oculares, éstos se redujeron de una media de 7,1 días al mes a 0,6 días.
Los autores señalan que la toxina botulínica produce parálisis muscular pero esto por si solo no explica cómo podría prevenirse el dolor de migraña. La investigación indica que podría afectar a la forma en la que las señales de dolor viajan a través del sistema nervioso, el bloqueo de los receptores de dolor o la menor inflamación.
Según concluyen los investigadores, estos descubrimientos invitan a tener en cuenta el uso de las inyecciones de toxina botulínica tipo A para evitar los dolores de migraña y promover el papel de los dermatólogos en el tratamiento de pacientes con estas jaquecas, aunque apuntan a la necesidad de ensayos bien controlados para confirmar sus hallazgos.