MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
En torno a 40.000 españoles de entre 15 y 64 años, de los 300.000 que reconoce haber consumido cocaína en los tres últimos meses, son adictos a dicha sustancia, ya que se estima que entre el 10 y 15 por ciento de estos consumidores regulares desarrolla una dependencia.
Además, se estima que las urgencias hospitalarias por reacción aguda a esta droga se han duplicado en una década, hasta registrar el 49 por ciento en 2002, según informó hoy el Ministerio de Sanidad, durante la presentación del libro 'Adicción a cocaína: neurobiología clínica, diagnóstico y tratamiento'.
Esta obra, editada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, concluye que el número de adictos a la cocaína que solicitaron tratamiento por primera vez en los dispositivos públicos ha pasado de 932 en 1992 a 7.125 en 2002, superando a las demandas por adicción a la heroína, según la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, quien destacó que "la cocaína es la segunda droga que más problemas sanitarios y sociales genera".
Respecto al perfil de los que recurrieron al tratamiento (sólo un 10 por ciento de los consumidores), la mayoría eran varones que consumían esta droga por vía intranasal (78%), pulmonar (20%), o intravenosa (2%). Además, tomaban alcohol (65%), cannabis (19%), heroína (12%) o anfetaminas (6%) y su edad media era de 28,7 años y habían comenzado a consumir cocaína 7,4 años antes. "Este policonsumo es especialmente preocupante entre los jóvenes que aseguran ingerir alcohol además de cocaína multiplicando sus efectos adversos", según indicó autor del trabajo, Luis Caballero.
PSICOSIS Y PARANOIAS
Además, la mitad de los pacientes que acuden a tratamiento a un hospital padece algún grado de psicosis cocaínica (con una agresividad marcada), y se estima que entre un 65 y 70 por ciento de los consumidores crónicos sufren paranoias transitorias, por las alteraciones neuronales y psicológicas que subyacen en el abuso. No obstante, aún no existe tratamiento biológico para la cocainomanía, por lo que se requiere también de psicoterapia, indicó Caballero, psiquiatra del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
En este sentido, explicó que el riesgo de recaída es más alto en este tipo de adictos frente a otros, ya que "hay quienes consumen una vez al mes y son adictos" al hacerlo de forma compulsiva. La remisión parcial se logra a los 6 meses de terapia, la remisión completa a los 12 meses y la curación total es muy variable, precisó el autor del libro, que va dirigido fundamentalmente a los profesionales sanitarios.
Las razones fundamentales que favorecen este incremento en el consumo, a juicio de Sanidad, son la baja percepción del riesgo sobre todo entre los jóvenes, para quienes el consumo esporádico de cocaína carece de importancia; la facilidad de disponer de esta droga y el bajo precio (en España es más barata que en otros países), "aunque su porcentaje de pureza suele ser superior que otras drogas ilegales", según Caballero.
Según Sanidad, el porcentaje de muertes por reacción aguda a drogas en las que se ha identificado la presencia de cocaína ha pasado del 19,3% de los casos en 1987 al 54,4% en 2002.
Asimismo, Salgado apuntó que hace años el consumo de esta sustancia se asociaba a un nivel cultural alto, mientras que en la actualidad su consumo se ha generalizado entre todas las clases sociales. En concreto, estos pacientes establecen una mala relación con sus parejas, siendo el fenómeno de los celos muy frecuente entre estos adictos; con sus familiares, entorno laboral, etcétera, según la titular de Sanidad.
COMPLICACIONES MÉDICAS
Según este experto, las complicaciones médicas por consumo de cocaína pueden presentarse también en consumidores no dependientes, aunque son más frecuentes con el abuso, y abarcan desde intoxicación, sinusitis y perforación nasal, problemas cardiovasculares, neurológicos, respiratorios, obstétricos, sexuales, endocrinológicos, renales y gastrointestinales.
Además, durante el consumo de cocaína, el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio es 24 veces mayor, independientemente de la dosis o del tiempo que se lleva consumiendo o de la vía de administración. En concreto, más de la mitad de los pacientes que sufren un infarto de miocardio al consumir esta sustancia no presentaban enfermedad de la arteria coronaria con anterioridad.
Asimismo, estudios científicos señalan que el consumo de esta sustancia aumenta hasta un 20% el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, lo que podría explicar en parte el descenso de la edad entre las personas que sufren este tipo de patologías. La cocaína también genera alteraciones neurológicas y afecciones torácicas; mientras que en mujeres embarazadas provoca partos prematuros, desprendimientos placentarios y abortos.
En este sentido, Salgado manifestó que la implicación de los profesionales sanitarios que trabajan en la Atención Primaria constituye una línea de trabajo fundamental y específica del Plan de Acción sobre Drogas 2005-2008. Además, insistió en la necesidad de implicar a toda la sociedad en la difícil tarea de hacer frente al fenómeno de las drogas.