MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los componentes fenólicos que hay en el tomillo, los no volátiles como los de la pimienta, los carotenos observables en el pimentón o los azufrados del ajo o la cebolla "son compuestos químicos que, en pequeñas cantidades, tienen la capacidad de reaccionar químicamente con los radicales libres" y "aumentar la presencia de antioxidantes" en el cuerpo humano.
Así lo ha afirmado la profesora de Nutrición de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, Dolores Silvestre, durante su intervención en el curso '¿Es posible la dieta mediterránea hoy?', organizado por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Según esta experta, esa "pizca" de especias, que marcan muchas veces las diferencias de sabor en el plato y constituyen el "sello distintivo" de muchas recetas, no es "despreciable" desde el punto de vista de la salud.
Puede que su aportación nutricional "sea irrelevante", asegura, pero "se está comprobando que la presencia de estos microcomponentes puede estar en la base de lo saludable que es la dieta mediterránea".
En este sentido, Silvestre ha presentado un análisis de los elementos y las características que definen a la dieta mediterránea. Un modelo basado en la "adecuación en energía y nutrientes, equilibrio en los aportes nutricionales, variedad en las fuentes de aportación y que sea apetecible".
"Si una dieta no se come, no sirve para nada", ha asegurado. Entre los ingredientes distintivos de la dieta mediterránea, esta nutricionista ha destacado a los elementos almidonados, por su "bajo índice glucémico y su cualidad de absorción energética lenta", y el aceite, que "mejora el estado oxidativo, el estado cardiovascular y regula la glucemia".