MADRID 2 Oct. (Reuters/EP) -
Los bebés a los que se les administran probióticos tienen la misma propensión a tener alergias durante la infancia que los demás niños, según ha evidenciado un estudio de la Universidad de Perth (Australia) y publicado en la edición 'on line' de la revista especializada 'Journal of Allergy and Clinical Immunology'.
Hasta ahora, los probióticos han sido considerados comúnmente útiles para algunos niños, aunque su beneficio siempre ha sido "muy leve", señala la gastroenteróloga pediátrica del Hospital de Niños de Los Ángeles (Estados Unidos), la doctora Sonia Michail, que no ha participado en este trabajo. Sin embargo, ahora ésta ventaja ha quedado reducida a cero tras la presentación de estos resultados.
En concreto, han participado en este estudio 123 bebés que ahora son niños, y que han estado bajo el cuidado y la observación del equipo de investigación liderado por la profesora de esta universidad, la doctora Marie P. Jensen. Así, a la mitad de los bebés se les administró un suplemento diario durante los primeros seis meses de vida, mientras que al otro 50 por ciento se le dio placebo.
El hecho de que las madres de todos los participantes hayan sido alérgicas en el pasado, da a éstos un alto riesgo de padecer alergias, algo que se demostró en el periodo de entre uno y dos años y medio desde el comienzo del proyecto cuando los bebés enfermaron sin presentar diferencias entre ambos grupos.
Tras ello, se realizó una nueva comprobación a los cinco años, momento en el cual tampoco se mostró ningún efecto positivo de estos suplementos. Y es que, el 44 por ciento de los 66 niños que habían recibido probióticos en la infancia desarrolló alguna alergia, tanto por ciento parecido al del grupo de placebo, que se situó en un 38 por ciento.
Por todo ello, los expertos de la Universidad de Perth concluyen que estos microorganismos vivos que habitan los intestinos y se suelen agregar a ciertos alimentos, como yogures y leches fermentadas, no tienen incidencia alguna a la hora de evitar padecer una alergia. "Los resultados sorprenden", concluye Michail.