MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Rutgers en New Brunswick (Estados Unidos) han descubierto evidencias de que los refrescos edulcorados con sirope de maíz alto en fructosa podrían contribuir al desarrollo de diabetes, en particular en los niños. Las conclusiones de su trabajo se han hecho públicas durante la reunión anual de la Asociación Americana de Química que se celebra estos días en Boston.
En un estudio de laboratorio con las bebidas gaseosas más comunes los científicos descubrieron que aquellas que contenían este tipo de sirope tenían altos niveles de componentes reactivos que en otros estudios han mostrado el potencial de causar daños en células y tejidos capaces de provocar enfermedades.
El sirope de maíz alto en fructosa (HFCS, según sus siglas en inglés) es un endulzante que se encuentra en muchos alimentos y bebidas y se ha convertido en el edulcorante de elección para muchos fabricantes debido a que se considera más económico, dulce y más fácil de disolver en las bebidas que el azúcar de mesa.
Los investigadores realizaron pruebas químicas de 11 bebidas refrescantes carbonatadas que contenían HFCS y descubrieron en ellas niveles muy elevados de carbonilos reactivos. Según los investigadores, liderados por Chi-Tang Ho, estos componentes son altamente reactivos y están asociados con moléculas de glucosa y fructosa libres que se creen provocan daños en los tejidos. Los carbonilos reactivos no se encuentran presentes en el azúcar de mesa, cuyos componentes de fructosa y glucosa se encuentran vinculados y químicamente estables, señala Ho.
Los carbonilos reactivos se encuentran en niveles elevados en la sangre de personas con diabetes y están vinculados con complicaciones de esta enfermedad. Según los datos del estudio, Ho estima que una sola lata de gaseosa contiene alrededor de cinco veces la concentración de carbonilos reactivos que la concentración que se encuentra en la sangre de una persona adulta con diabetes.
Los investigadores también descubrieron añadir un componente del te a las bebidas que contenían HFCS, epigallocatechin gallate (EGCG), ayudaba a disminuir los niveles de carbonilos reactivos. El EGCG redujo los niveles de carbonilos reactivos de una forma dependiente de la dosis al ser añadido a las bebidas refrescantes estudiadas y en algunos casos estos niveles se redujeron hasta la mitad.
El equipo de Ho se encuentra en la actualidad estudiando los mecanismos por los que la gasificación de las bebidas aumenta la cantidad de carbonilos reactivos que se forman en las sodas que contienen HFCS. Los investigadores señalan que los zumos no carbonatados que contienen HFCS tienen una tercera parte de la cantidad de carbonilos reactivos en comparación con las bebidas carbonatadas con HFCS, mientras que las bebidas de te no carbonatadas que contienen HFCS, y que ya contienen el componente beneficioso del té, tienen sólo una sexta parte de los niveles de carbonilos que se encuentra en las bebidas gaseosas normales.