MADRID 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un test genético podría predecir la capacidad de curación de la hepatitis C, tanto en pacientes monoinfectados como en coinfectados por VIH, según una de las conclusiones del estudio llevado a cabo por Norma Ibón Rallón y un equipo de investigadores del Hospital Carlos III de Madrid.
El virus de la hepatitis C afecta a más de 170 millones de personas en todo el mundo y se vuelve crónica en el 80 por ciento de los casos. En ellos, el tratamiento estándar, a base de interferón y ribavirina, tampoco logra curar a todos los pacientes. Así, se estima que entre un 70 y un 80 por ciento de los infectados sólo por el virus de la hepatitis C se curan, mientras que tan sólo lo logran la mitad de los coinfectados por este virus más el del VIH -un grupo muy numeroso-.
Entre los factores que reducen las posibilidades de curación, además de la coinfección con VIH, se encuentran características individuales del paciente, como el sexo --responden mejor las mujeres al tratamiento--, la edad --siendo los más jóvenes los que tienen mejor pronóstico--, la raza --las personas africanas responden peor que los caucasianos-- o las enfermedades subyacentes del hígado, que complican el proceso.
Además, en cuanto a los factores virales, el virus de la hepatitis C tiene seis genotipos. De ellos, se sabe que los infectados con los genotipos 2 y 3 responden mejor al tratamiento, pero en España prevalece el subtipo 1 del virus, que tiene una respuesta peor, señalaron los responsables del estudio.
Sin embargo, ninguno de estos datos permite a un médico tomar una decisión sobre la conveniencia de iniciar el tratamiento en un paciente determinado. Siempre se intentará. Si la carga viral disminuye, se le da una oportunidad a los fármacos, pero puede ocurrir que se suspenda el tratamiento, por falta de resultados, cuando el paciente lleva ya meses con él, y el enfermo habrá sufrido un tratamiento agresivo, costoso y que tiene efectos secundarios importantes.
Dado el dilema, un grupo de investigadores de Estados Unidos estudiaron hace unos meses la secuencia completa del genoma humano. Se encontró una característica en un gen --una serie de polimorfismos en una región cercana al gen de la interleucina 28-B--, que determinaba la curación: si un paciente tenía una de las formas del polimorfismo, el paciente se curaba con el tratamiento.
Este estudio, realizado sobre pacientes monoinfectados con el virus de la hepatitis C, se validó por equipos científicos de EE.UU, Japón, Australia y Suiza, con sus poblaciones de pacientes.
Pero nunca antes se había probado su asociación con la respuesta al tratamiento en pacientes coinfectados con el VIH, lo que hace que este estudio sea pionero en el mundo, y que vaya a ser presentado en el próximo CROI 2010, en San Francisco.
CONCLUSIONES
En el Hospital Carlos III de Madrid, el equipo de profesionales del servicio de enfermedades infecciosas, liderado por el doctor Vicente Soriano, se encuentra a diario con el problema del tratamiento de la hepatitis C a pacientes coinfectados con el VIH, la mayoría, además, con el genotipo 1, de peor pronóstico.
Por eso, al estudiar a este grupo de población (con una muestra de 650 personas) se ha podido determinar la fuerte asociación entre la presencia del polimorfismo antes mencionado y la curación de la enfermedad hepática, y el hospital ha encontrado una nueva herramienta para la toma de decisiones antes del inicio del tratamiento.
"Si se instaurara de rutina la evaluación de este polimorfismo, de esta característica del gen, esa información les daría a los médicos una herramienta útil para decidir comenzar con el tratamiento o no", explica la doctora Norma Rallón.
"Si se combina esta evaluación genética con el resto de factores del paciente (el genotipo viral, edad, sexo, etcétera), se puede elaborar un modelo que sirva a los médicos para prever con mayor certeza si merece la pena someter a tratamiento a un paciente, sabiendo que tiene más posibilidades de curarse si tiene ese 'genotipo protector'", agregó.