MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha revelado que los pacientes de cáncer de próstata portadores de mutaciones heredadas en los genes BRCA responden peor y tienen una menor supervivencia después de ser tratados con las terapias convencionales, que incluyen cirugía o radioterapia.
En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista 'European Urology', también han participado investigadores del Institute of Cancer Research & Royal Marsden NHS Foundation Trust del Reino Unido, y advierte de la necesidad de impulsar nuevos ensayos clínicos dirigidos contra estas mutaciones para cambiar el futuro manejo de estos pacientes.
El cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en varones en España, donde se diagnostican 25.000 nuevos casos cada año, y se calcula que el 2 por ciento son portadores de mutaciones heredadas en BRCA y un 12 por ciento de mutaciones esporádicas en los mismos genes.
En un estudio previo, publicado en 2013, ya se observaba que los pacientes portadores de mutaciones heredadas en los genes BRCA sufrían tumores más agresivos y fallecían antes. "Descubrimos entonces el primer factor genético asociado al pronóstico del cáncer de próstata", ha relatado Elena Castro, una de las autoras.
Fue entonces cuando los investigadores quisieron profundizar en la respuesta de los pacientes con mutaciones heredadas BRCA frente a los tratamientos con intención curativa, sea radioterapia o cirugía.
Y según los resultados de esta nueva publicación, los resultados son claros ya que, independientemente del tratamiento que reciban, estos pacientes con tumores en estadios locales, no metastáticos, responden peor a las terapias actuales que los no portadores.
Para comprobarlo incluyeron en su estudio a más de 1.300 pacientes, de los cuales 67 eran portadores de mutaciones en BRCA. Aquellos pacientes portadores que habían sido sometidos a radioterapia presentaron una tasa de supervivencia a 10 años del 39 por ciento, frente al 80 por ciento de los no portadores.
EN LOS PACIENTES OPERADOS HAY MENOS DIFERENCIAS
Entre los pacientes sometidos a cirugía, la diferencia en la tasa de supervivencia a 10 años es menos acusada (91% frente a 67%), y los autores creen que puede deberse a que "estos pacientes podrían requerir un seguimiento más prolongado en el tiempo para establecer finalmente si esta diferencia es o no significativa", ha explicado Castro.
Por el momento no se conocen factores pronósticos que permitan individualizar los tratamientos, ya que los tumores pequeños y menos agresivos se someten a cirugía, y los de mayor tamaño o más agresivos a cirugía y radioterapia.
"Una cuestión importante es que, en la mayoría de los casos, en consulta no podemos predecir qué pacientes van a evolucionar peor y cuáles van a tener una menor supervivencia", según la investigadora.
Por ello, el objetivo del equipo es identificar aquel subgrupo de pacientes con peor prognosis, así como aquellos tratamientos que se ajusten mejor a sus características genéticas.
BLOQUEAN LA FORMACIÓN DE LOS TUMORES
Los genes BRCA producen proteínas que bloquean la formación de los tumores asegurando la estabilidad del material genético celular; cuando existe daño en el ADN, sea por causas ambientales o heredadas, las proteínas BRCA entran en juego para repararlo y asegurar así la supervivencia de las células.
De este modo, mutaciones específicas en estos genes hacen que las células que contienen el daño no sean capaces de repararlo eficientemente, y se han asociado a diversos tipos de cáncer como el de mama, ovario, y próstata.
Una herramienta dirigida específicamente a la destrucción de las células tumorales con mutaciones en BRCA son los inhibidores de PARP. Estas moléculas, que están en fase de ensayo clínico para el tratamiento del cáncer de próstata, están mostrando ser muy efectivas en el tratamiento del cáncer de mama y ovario con mutaciones en BRCA.
Más aún, ha añadido David Olmos, también autor del estudio, "los tumores de próstata con mutaciones esporádicas --presentes solamente en el tumor, no heredadas-- en BRCA responden también a estos inhibidores, según datos presentados recientemente.
Por ello, las conclusiones del presente trabajo subrayan la necesidad de realizar ensayos clínicos que exploren el desarrollo de estrategias de tratamiento y de fármacos específicos contra el cáncer de próstata para estos pacientes, como podrían ser los inhibidores de PARP.
Además, ambos expertos creen que si se confirma esta hipótesis "habría que hacer seguimientos más exhaustivos de los pacientes con mutaciones BRCA, independientemente de su origen, heredado o esporádico, y mejorar así la evolución clínica de estos pacientes.