MADRID 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
La terapia hormonal aumenta el riesgo de cáncer de ovarios hasta un 44 por ciento, según un estudio del 'Rigshospitalet' de la Universidad de Copenhague en Dinamarca que se publica en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).
Los resultados del estudio mostraron que en comparación con mujeres que nunca han tomado la terapia hormonal, aquellas que la toman en la actualidad o que la han tomado en el pasado están bajo un mayor riesgo de cáncer de ovarios, independientemente de la duración del consumo, formulación, dosis de estrógenos y regimen o ruta de administración.
La prevención primaria del cáncer de ovario es un desafío porque se conoce poco sobre sus causas. Estudios anteriores han sugerido un mayor riesgo de cáncer de ovario entre las mujeres que toman la terapia hormonal postmenopáusica. Los datos se han limitado a los diferentes efectos de las formulaciones, los regímenes y las rutas de administración.
Los científicos, dirigidos por Lina Steinrud, realizaron un estudio para examinar el riesgo de cáncer de ovario asociado con el uso de la terapia hormonal. El estudio incluía a mujeres danesas de entre 50 y 79 años entre 1995 y 2005 vinculadas al registro nacional danés.
El análisis incluyó un total de 909.946 mujeres sin cáncer sensible a las hormonas o a las que no se les había extirpado ambos ovarios. Al final del seguimiento, el 63 por ciento de las mujeres no habían tomado la terapia hormonal, el 22 por ciento eran consumidores anteriores de las hormonas y el 9 por ciento de ellas consumían la terapia en la actualidad.
Durante una media de ocho años de seguimiento, se detectaron 3.068 cánceres de ovario. De ellos, 2.681 eran tumores epiteliales. En comparación con quienes nunca habían tomado la terapia hormonal, las que sí lo hacían tenían un 38 por ciento más de riesgo de cáncer de ovario.
Cuando se restringían los análisis al cáncer de ovario epitelial, el riesgo relativo entre quienes tomaban estas terapias era un 44 por ciento mayor entre quienes las tomaban en ese momento y un 15 por ciento mayor para las que lo habían hecho con anterioridad en comparación con las mujeres que nunca había tomado hormonas.
Según señalan los investigadores, el riesgo de cáncer de ovario disminuía cuanto más tiempo hacía que se había abandonado la terapia. El riesgo de cáncer de ovario no era diferente según la formulación, regimen, tipo de progestina o ruta de administración.