MADRID 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un régimen de entrenamiento para ajustar los reflejos motores del cuerpo puede ayudar a mejorar la movilidad de algunas personas con lesiones medulares incompletas, según un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos y publicado en 'Journal of Neuroscience'.
Durante el entrenamiento, los participantes fueron instruidos para suprimir un reflejo provocado por una pequeña descarga en la pierna. Aquellos que fueron capaces de calmar los reflejos hiperactivos, un efecto común de lesiones de la médula espinal, mejoraron su capacidad para caminar.
El estudio, dirigido por Aiko Thompson y Jonathan Wolpaw, ambos con cargos en el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, en la Universidad Estatal de Nueva York en Albany y la Universidad de Columbia en Nueva York, todas en Estados Unidos, se llevó a cabo en el Hospital Helen Hayes en West Haverstraw, también en Nueva York.
"La gente tiende a pensar en los reflejos como algo fijo, pero en realidad, el movimiento normal necesita un ajuste minucioso y constante de los reflejos por parte del cerebro. La pérdida de esa puesta a punto es una parte importante de la discapacidad que acompaña a una lesión de la médula espinal", explicó Wolpaw, médico investigador y profesor en el Centro Wadsworth, laboratorio de salud pública de Nueva York.
Cuando el cerebro toma la decisión de moverse, envía señales que viajan a través de la médula espinal a los músculos apropiados. Los reflejos espinales, controlados por los circuitos locales de células nerviosas de la médula espinal, proporcionan un camino en el cuerpo para reaccionar y actuar con rapidez sin una decisión consciente del cerebro.
"Estos reflejos permiten retirar la mano de una estufa caliente antes de que se registre dolor y quemaduras graves", puso como ejemplo el doctor Wolpaw. Y siguió: "El cerebro poco a poco puede aumentar o suprimir los reflejos de la forma que sea necesaria".
Algunas lesiones de la médula espinal implican una ruptura completa y parálisis por debajo del punto de la lesión, pero generalmente sólo una parte de la médula espinal queda dañada, lo que conduce a menos discapacidad severa. Después de una lesión incompleta, algunos reflejos pueden debilitarse mientras otros se vuelven exagerados, de forma que los reflejos hiperactivos pueden causar espasticidad (rigidez muscular) y patrones anormales de uso de los músculos durante el movimiento.
El estudio de los doctores Thompson y Wolpaw involucró a 13 personas que eran todavía capaces de caminar después de lesiones medulares incompletas que se produjeron desde ocho meses a 50 años antes del estudio y todos tenían espasticidad y deterioro de la capacidad para caminar.
El objetivo era determinar si estos individuos podría obtener la movilidad mediante el aprendizaje de suprimir un reflejo espinal H, que es provocado por la estimulación eléctrica en lugar de por un tramo de tendón. Los reflejos H se miden rutinariamente para el diagnóstico de trastornos nerviosos y lesiones, pero este es el primer estudio que examinó si modificar conscientemente un reflejo H puede ayudar a las personas con lesiones en la médula espinal.
Los participantes en el estudio recibieron estimulación eléctrica en el sóleo (pantorrilla) de su pierna más débil mientras estaba de pie con apoyo y las durante las dos primeras semanas del estudio se realizaron mediciones de línea de base del reflejo resultante. Durante las siguientes diez semanas, nueve participantes se sometieron a tres sesiones de entrenamiento por semana, durante la cual se veía el tamaño de sus reflejos en un monitor y se les animó a reprimirlos.
Un grupo de control de los cuatro participantes recibió la estimulación con retroalimentación acerca de sus reflejos. Antes y después de estas sesiones, los investigadores midieron la velocidad de los participantes a la hora de caminar sobre una distancia de diez metros y vigilaron su simetría al andar con zapatos con implantes electrónicos.
Seis de los nueve participantes en el grupo de entrenamiento fueron capaces de suprimir sus reflejos, con un consiguiente aumento de su velocidad de desplazamiento del 59 por ciento de media y un modo de andar más simétrico. Estas mejoras en la velocidad y la simetría no se observaron en los tres participantes que fueron incapaces de suprimir sus reflejos o en el grupo de control.
Muchos participantes también dijeron espontáneamente a los investigadores que estaban notando mejoras en las actividades de la vida diaria, según los autores del análisis. Alrededor del 85 por ciento de estos comentarios provienen de personas que fueron capaces de controlar sus reflejos después de varias semanas de entrenamiento.