MADRID 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
El miedo a la lumbalgia puede aumentar su frecuencia, al menos en los trabajadores sanitarios, según sugiere un estudio del Centro Nacional de Investigación del Entorno Laboral de Copenhague (Dinamarca) que se publica en la edición digital de la revista 'BioMed Central Musculoeskeletal Disorders'.
Los investigadores explican que ya sea por realizar posturas forzadas, levantar mal pesos o inclinarse de una forma inadecuada aquellas personas que cuidan de los mayores o los enfermos pueden sufrir dolor de espalda. Esto a menudo da lugar a bajas o a dejar este tipo de ocupaciones profesionales. Los autores sugieren que el miedo al dolor de espalda derivado de estos trabajos predice su desarrollo.
Entre los trabajadores sanitarios, los estudios han descubierto tasas de lumbalgia del 45 al 63 por ciento frente a entre el 40 y el 50 por ciento de la población general durante un periodo de 12 meses. En vez de evitar la actividad física, las guías médicas basadas en la investigación de este tipo de dolores recomiendan mantenerse activo y continuar con la vida normal, incluso acudiendo al trabajo.
Los científicos, dirigidos por Jette Nygaard Jensen, investigaron la asociación entre la carga de trabajo físico y los dolores de lumbalgia y si las creencias de evitación del miedo tenían un efecto predictivo sobre el desarrollo de estos dolores. Las creencias de evasión del miedo suponen evitar actividades físicas que se espera que causen dolor, aunque irónicamente estas creencias suelen estar asociadas con el desarrollo de dolor crónico.
Los autores proporcionaron cuestionarios a 2.677 mujeres que trabajaban en la asistencia sanitaria en los que se medían tanto las creencias de evitación del miedo sobre el trabajo y aquellas sobre la actividad física. Los investigadores descubrieron que la perspectiva era diferente entre los que ya habían sufrido de lumbalgia y aquellos que no.
En el caso de aquellos que ya habían sufrido estos dolores de la parte inferior de la espalda, tanto la sobrecarga de trabajo como las creencias de evitación del miedo contribuían a nuevos episodios de lumbalgia. En general, una mayor carga laboral se asociaba con más lumbalgias y precisamente este exceso de trabajo tenía un papel más importante que las creencias de evitación del miedo.
En lo que respecta a las personas sin antecedentes de lumbalgia, la carga de trabajo no fue un factor clave en el desarrollo de estos dolores durante el estudio pero sí lo fueron las creencias de evitación del miedo. Para ambos grupos estas creencias podrían ser utilizadas para predecir las lumbalgias, esto incluye los miedos de que tanto el trabajo como la actividad física conducirán al dolor. En concreto, ambos tipos de creencias de evitación del miedo se asociaron con un mayor número de días con lumbalgia, hasta 30 días o más.
Según concluye Jensen, "desde un punto de vista del tratamiento, centrarse en el cambio de las creencias de evitación del miedo entre aquellos con más o menos lumbalgia crónica podría ser beneficioso. Los profesionales de la atención sanitaria podrían beneficiarse de más educación o información sobre cómo afrontar la lumbalgia aguda o crónica. En particular, podría ser útil la información sobre el posible efecto dañino de las creencias de evitación".