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Actualizado: lunes, 12 julio 2010 20:02

MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las personas con Alzheimer que tienen una cabeza grande poseen una mejor memoria y más capacidad para pensar que aquellos pacientes con esta enfermedad y una cabeza más pequeña, incluso si el Alzheimer ha acabado con la misma cantidad de neuronas en ambos casos. Así lo ha demostrado un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Técnica de Munich (Alemania) y publicada el martes, 13 de julio, en 'Neurology'.

Según el autor de este estudio, Robert Perneczky, de la Universidad Técnica de Munich, "estos resultados añaden peso a la teoría de la reserva cerebral, es decir, la capacidad individual de resistir los cambios en el cerebro".

"Nuestros descubrimientos también subrayan la importancia de que el cerebro se desarrolle de forma óptima en las primeras etapas de la vida, hasta que alcanza el 93 por ciento de su tamaño definitivo, a la edad de seis años", agrega.

El tamaño de la cabeza es una de las vías para medir las reservas con las que cuenta un cerebro y el crecimiento cerebral. Según

Perneczky, mientras que el cerebro crece está determinado en parte por la genética, pero también por la nutrición, las infecciones y la inflamación del sistema nervioso central y los daños cerebrales.

"Mejorar las condiciones prenatales y de las primeras etapas de la vida podría aumentar de forma significativa las reservas cerebrales, lo que podría tener un impacto sobre el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer o la severidad de sus síntomas", indica.

Un total de 270 personas con Alzheimer participaron en este estudio, realizando test de memoria y capacidades cognitivas, además de escáners de resonancia magnética funcional (MRI) de sus cerebros para medir la cantidad de neuronas con las que acabó esta enfermedad. El tamaño de la cabeza se determinó al medir su circunferencia.

El trabajo demostró que un mayor tamaño de cabeza estaba asociado con mejores resultados en los test de memoria y reflexión, incluso cuando existe un grado equivalente de muerte celular en el cerebro. En concreto, para cada 1 por ciento de neuronas muertas, un centímetro adicional de cabeza está asociado con un 6 por ciento mejor resultado en los test de memoria.