MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de una de cada 100 muertes en todo el mundo cada año se debe al humo del tabaco, que causa más de 600.000 muertes cada año. Alrededor de 165.000 de estas muertes se dan entre niños, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud en Suiza que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'.
Los investigadores, dirigidos por Annette Prüss-Ustün, utilizaron datos de 2004 de sus análisis, dado que este fue el último año con datos integrales de los 192 países estudiados. Las estimaciones incluyen tanto mortalidad como los años de pérdida de vida con buena salud.
En todo el mundo, el 40 por ciento de los niños, el 33 por ciento de los no fumadores varones y el 35 por ciento de las mujeres no fumadoras estuvieron expuestos al humo de tabaco en 2004. Se estima que esta exposición ha causado 379.000 muertes por enfermedad cardiaca esquémica, 165.000 por infecciones respiratorias inferiores, 36.900 por asma y 21.400 por cáncer de pulmón. Se podrían atribuir 603.000 muertes al humo de tabaco en 2004, que supone el 1 por ciento de la mortalidad mundial.
El 47 por ciento de las muertes por tabaquismo pasivo se dieron entre las mujeres, el 28 por ciento entre niños y el 26 por ciento entre los hombres. Aunque la mortalidad en niños debida al tabaquismo pasivo se inclinó a los países con bajos y medianos ingresos, las muertes en los adultos se extendían a países de todo tipo.
Según señalan los autores, las dos terceras partes de estas muertes se producen en África y el sur de Asia. La exposición de los niños se da probablemente en sus casas. La combinación de enfermedades infecciosas y tabaco parece ser mortal para los niños de estas regiones y podría frustrar los esfuerzos para reducir la tasa de mortalidad para los menores de 5 años.
Los mayores efectos se dan entre las mujeres dado que el 60 por ciento de ellas no fuman, porcentaje superior al de los varones, y a que en África, algunas zonas de América, el Mediterráneo oriental y el sudeste de Asia, las mujeres son al menos un 50 por ciento más propensas al tabaquismo pasivo.
Los autores concluyen que estas muertes deben sumarse a las 5,1 millón de muertes atribuibles al tabaquismo activo para obtener el efecto total de ambos tipos de exposición derivadas del tabaco. La suma asciende así a 5,7 millones de muertes por año en 2004 como consecuencia del tabaco. Los autores asumen que los fumadores no se ven afectados por el tabaquismo pasivo, si esto no fuera así, los efectos del humo de tabaco serían un 30 por ciento mayores.