MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un tabaquismo elevado en la mediana edad se asocia con más del doble de riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia dos décadas después, según un estudio de la Universidad de Finlandia Oriental y el Hospital Universitario de Kuopi en Finlandia. Los resultados del estudio se publican en la revista 'Archives of Internal Medicine'.
Las estimaciones actuales sugieren que el tabaco es responsable de varios millones de muertes cada año por causas como el ataque cardiaco y el cáncer. Aunque el tabaquismo aumenta los riesgos de la mayoría de enfermedades y de mortalidad, algunos estudios han mostrado entre los fumadores un riesgo reducido de enfermedad de Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas.
Los investigadores, dirigidos por Minna Rusanen, analizaron datos de 21.123 miembros de un sistema de atención sanitaria que participaron en una encuesta entre 1978 y 1985, cuando tenían entre 50 y 60 años. Los autores siguieron los diagnósticos de demencia, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular entre enero de 1994 y julio de 2008, cuando los participantes tenían una media de edad de 71,6 años.
Del total de participantes, un 25,4 por ciento (5.367 individuos) fueron diagnosticados con demencia durante una media de 23 años de seguimiento, incluyendo a 1.136 con enfermedad de Alzheimer y a 416 con demencia vascular.
Aquellos que fumaron más de dos paquetes al día durante la mediana edad tenían un riesgo elevado de demencia global y también de cada subtipo, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular, en comparación con los no fumadores. Los ex-fumadores, o aquellos que fumaban menos de medio paquete al día, no parecían tener un mayor riesgo.
Los autores señalan que el tabaquismo es un factor de riesgo bien conocido del ictus y que podría contribuir al riesgo de demencia vascular a través de mecanismos similares. Además, el tabaco contribuye al estrés oxidativo y a la inflamación, que se cree son factores importantes en el desarrollo de enfermedad de Alzheimer. Los investigadores creen que es posible que el tabaquismo afecte al desarrollo de demencia a través de mecanismos vasculares y neurodegenerativos.