MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con enfermedad cardiaca en Noruega, un país en el que no se emplea la fortificación de alimentos con ácido fólico, sufrieron un aumento en el riesgo de cáncer y mortalidad de todo tipo si recibían tratamientos con ácido fólico y vitamina B12, según un estudio del Hospital Universitario Haukeland en Bergen (Noruega). Los resultados del trabajo se publican en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).
Los investigadores explican que la mayoría de estudios epidemiológicos han descubierto asociaciones inversas entre el consumo de folatos y el riesgo de cáncer colorrectal, aunque tales asociaciones han sido inconsistentes o no se han producido en el caso de otros cánceres.
Los autores señalan que otras evidencias experimentales apuntan a que las deficiencias en folatos podrían promover las fases iniciales de la formación del cáncer, mientras que las dosis elevadas de ácido fólico podrían aumentar el crecimiento de células cancerosas. Desde 1998 muchos países fortifican de forma obligada con ácido fólico la harina y otros productos para reducir el riesgo de defectos de nacimiento del tubo neural.
Los científicos, dirigidos por Marta Ebbing, analizaron los resultados de dos ensayos noruegos de reducción de la homocisteína entre pacientes con enfermedad cardiaca isquémica, donde no existía un aumento significativo de la incidencia del cáncer en los grupos a los que se asignó un tratamiento con ácido fólico.
Los investigadores examinaron si el tratamiento con ácido fólico estaba asociado con resultados de cáncer y la mortalidad de todo tipo después de un amplio seguimiento. Al no estar la población noruega sometida a la fortificación de los alimentos con ácido fólico, este grupo humano encajaba con la investigación.
Los dos ensayos clínicos incluían un total de 6.837 pacientes con enfermedad cardiaca isquémica que fueron tratados con vitaminas B o placebo entre 1998 y 2005 y fueron seguidos hasta diciembre de 2007. Durante el estudio, la concentración de folatos media entre quienes recibían el tratamiento era más de seis veces superior.
Los investigadores descubrieron que después de una media de 39 meses de tratamiento y un seguimiento adicional de otros 38 meses, un 8,4 por ciento de los participantes que no recibieron el plus de ácido fólico y vitamina B12 en comparación con un 10 por ciento de quienes sí lo recibieron fueron diagnosticados con cáncer, lo que supone un 21 por ciento más de riesgo de la enfermedad.
Además, un 2,9 por ciento de los que no recibieron los suplementos frente a un 4 por ciento que sí lo hicieron murieron por cáncer, lo que supone un 38 más de riesgo. Por último, un 16,1 por ciento de los pacientes que tomaron el ácido fólico y la vitamina B12 en comparación con el 13,8 por ciento que no los recibieron murieron por distintas causas.
Los autores señalan que los resultados se derivaban principalmente de la mayor incidencia del cáncer de pulmón en los participantes que recibieron el ácido fólico y la vitamina B12. Concluyen que estos resultados necesitan ser confirmados en otras poblaciones y subrayan la necesidad de controlar la expansión del consumo de ácido fólico procedente de los suplementos dietéticos y los alimentos fortificados.