BARCELONA 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
La supervivencia de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama durante el embarazo es "prácticamente" igual que en el resto de casos, a diferencia de lo que se creía hasta ahora, según revela un estudio australiano presentado en el Congreso Europeo de Cáncer de Mama, que se celebra en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB).
"Durante muchos años se ha supuesto que el hecho de estar embarazada en el momento del diagnóstico reducía la supervivencia, pero este estudio ha demostrado que lo que fomenta el crecimiento de un cáncer de mama podría ser la cantidad de tiempo que la mujer pasa gestando, y las respuestas del cuerpo a la gestación", señaló la investigadora de la Universidad de Australia Occidental y profesora adjunta Angela Ives.
La investigación, basada en 2.752 pacientes de menos de 45 años de la parte occidental de Australia, ha constatado que si el cáncer de mama se diagnostica durante la gestación el riesgo de fallecimiento es "tan solo un 3 por ciento más alto", dijo.
Además, constata que las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama un año después de dar a luz sufren riesgo un 50 por ciento mayor de morir, que otras mujeres jóvenes con cáncer de mama. Ello podría deberse al hecho de que un embarazo puede llegar a ocultar un tumor en las mamas, que posteriormente se diagnostica en estado más avanzado.
El trabajo fue presentado en la European Breast Cancer Conference (EBCC), donde Ives hizo un llamamiento a embarazadas y lactantes a que estén atentas a sus mamas para consultar en caso de duda y garantizar un diagnóstico precoz, que mejore el pronóstico de la enfermedad.
Ante el "escaso conocimiento" del cáncer de mama gestacional, que es como se conoce el diagnosticado durante el embarazo o hasta doce meses después del mismo --incluidos abortos--, Ives insistió en que "aunque la mayor parte de los síntomas o anomalías de la mama identificados en las mujeres jóvenes son benignos, es importante que cuando una mujer esté embarazada o amamantando, no se suponga que cualquier síntoma se debe al embarazo, sobre todo si éste persiste".
Tras señalar que el estudio no desaconseja en ningún caso dar el pecho, puso de manifiesto que al grupo de mujeres, todas diagnosticadas entre enero de 1982 y diciembre de 2003, se les hizo un seguimiento hasta diciembre de 2007 o hasta su fallecimiento, cuando éste se había producido antes.
"El sistema de conexión de datos de Australia Occidental es uno de los cinco sistemas de conexión de registros más exhaustivos del mundo", ya que "agrupa datos de morbilidad hospitalaria por colectivos, registros civiles, salud mental, registros del cáncer y notificaciones de las matronas que se remontan hasta 1980", dijo.
Gracias a ello, se han podido identificar todos los casos de cáncer de mama gestacional diagnosticados, y todos los demás casos de cáncer de mama en mujeres en edades similares para identificar las diferencias entre ambos colectivos.
Los investigadores tomaron en cuenta factores adicionales, como la edad en el momento del diagnóstico, el grado histológico del tumor, la fase de la enfermedad y la posible extensión del cáncer a los ganglios linfáticos.
Del total de mujeres, a 182 se les diagnosticó un cáncer de mama gestacional, a 55 durante el embarazo y a 127 después del mismo. Ives observó que la gravedad, la fase de la enfermedad y su posible extensión están relacionados con una menor supervivencia. Con todo, el riesgo continúa siendo mayor en los casos de cáncer de mama diagnosticados después del embarazo.
En cualquier caso, el embarazo y la lactancia reducen el riesgo de cáncer de mama a largo plazo, pero a corto plazo un embarazo reciente aumenta el riesgo de aparición del cáncer de mama, reiteró Ives, que abogó por seguir investigando las explicaciones.