MADRID, 23 Mar. (EDIZIONES) -
Las enfermeras son pieza clave en el proceso asistencial. Deben proteger a los pacientes, estar a su cuidado, y velar en todo momento por su salud. Además, en esta pandemia su contribución ha sido fundamental en la lucha contra este virus. Han estado en la primera línea de 'combate' en la atención a los enfermos. Siempre están en los momentos más difíciles y siempre lo estarán, pero sigue pendiente reforzar su papel, tan clave para la salud de los pacientes.
Para conocer cuáles son los retos de las enfermeras en este siglo XXI charlamos con Tayra Velasco Sanz, profesora de Bioética en la Facultad de Enfermería, fisioterapia y podología de la UCM y enfermera de cuidados intensivos en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, quien precisamente ofreció una charla sobre esta temática en el XIV Seminario de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos.
Según delimita esta experta, la labor enfermera tiene cuatro funciones principalmente: una asistencial, otra gestora, otra docente, y otra investigadora. Desde punto de vista asistencial, la también vocal del comité de ética asistencial del citado hospital, y presidenta de la comisión deontológica del Colegio de Enfermería de Madrid, cita que el desarrollo ha sido "exponencial", y recuerda que en 2020 la OMS declaró el Año de la Enfermera con el objetivo de visibilizar la profesión.
"Si tú preguntas a alguien, la población sitúa a las enfermeras entre hospitales y centros de salud, en residencias de ancianos, pero el ámbito asistencial de las enfermeras va más allá. Son por ejemplo clave en el desarrollo de las especialidades porque con ellas disminuye la morbimortalidad, así como en los cuidados intensivos, en las Urgencias, en los quirófanos, en el área de hospitalización, o bien en las consultas, por ejemplo, con algunas especializadas como en el caso de las estomaterapeutas, que son consultas propias, y con funciones muy definidas frente a la cirugía de ostomías", recalca.
Además, apunta al papel de la enfermera de práctica avanzada, muy establecido en Canadá o Estados Unidos, y que dice que en España ya se ha implementado en algunos ámbitos, con competencias de consultora, de prescripción enfermera, o con consultas independientes, por ejemplo.
EL ABORDAJE DE LA CRONICIDAD: EL GRAN RETO
El el ámbito de la Atención Primaria, Velasco recuerda que la enfermera está presente desde el nacimiento hasta que la persona fallece, con un recorrido amplísimo en el cuidado y control de los pacientes crónicos, así como en la educación en salud a la ciudadanía. "El abordaje de la cronicidad es el gran reto de este siglo XXI", reconoce.
En relación a ello también ve clave que se siga trabajando más en el papel que esta profesión cumple en los procesos de planificación compartida, en preguntar a los pacientes sobre cómo el profesional sanitario debe actuar antes de determinadas situaciones, y sobre todo de cara a que en todo momento se cumplan los deseos de los pacientes y de sus familiares, siendo muy útil en estas circunstancias la elaboración de los documentos de voluntades anticipadas, por ejemplo.
ES NECESARIA UNA ENFERMERA EN TODOS LOS COLEGIOS
Fuera de estos dos ámbitos hace mención también de la enfermera escolar, otro reto para la enfermería este siglo XXI a su juicio, y la necesidad de que esta figura exista en todos los centros escolares. "Estas no solo pueden realizar funciones asistenciales, sino también velar por la salud de los menores con patologías crónicas, o bien en la formación de profesores en la educación sanitaria", describe.
Por otro lado, recalca la necesidad de que se visibilice la enfermera del trabajo, "una especialidad propia de cara a dar apoyo en las distintas empresas para hacer controles y chequeos desde el punto de vista de salud", aparte de que se reconozcan más especialidades dentro de la enfermería como en los cuidados paliativos, más cuando en nuestro país se ha puesto en marcha una ley de Eutanasia donde será necesario un abordaje más específico, además de la enfermera de quirófano o de urgencias.
"También se encontraría la figura de enfermera experta en salud deportiva, en centros deportivos, que realiza las distintas pruebas de esfuerzo y atiende si hay algún tipo de complicación o se ha podido sufrir alguna fractura o luxación", agrega la enfermera.
Asimismo, resalta que otro de los retos de este siglo XXI es la enfermera como investigadora, aunque reconoce que ya se han creado unidades de investigación lideradas por enfermeras, y además "muy punteras", como en el Hospital Puerta del Hierro, o en el Hospital 12 de Octubre o Clínico San Carlos, todos ellos de Madrid. "Todo esto es clave para que revierta luego en la atención y en los cuidados de los pacientes, que es el objetivo final", subraya.
LAS ENFERMERAS TAMBIÉN PUEDEN SER GESTORAS
A su vez, la profesora de Bioética en la Facultad de Enfermería, fisioterapia y podología de la UCM remarca que la gestión de centros sanitarios es otra de las asignaturas pendientes de las enfermeras, no solo de centros de salud sino también de hospitales, ya que "las enfermeras están capacitadas con una formación de posgrado o un master o un doctorado en la materia".
Es más, reseña que las enfermeras desempeñan en muchas instalaciones sanitarias el papel de supervisoras o de gestoras de los recursos humanos de un hospital o planta, que es el nivel más básico de gestión, pudiendo alcanzar en su opinión puestos de nivel de gobierno más altos.
No obstante, Tayra Velasco Sanz advierte de que otro de los grandes retos para la enfermería de este siglo XXI es un aumento de estas profesionales en las plantillas de los centros sanitarios, ya que "en España somos uno de los países con menores tasas de enfermera por habitante y esto es muy importante adecuarlo".
Otro reto a su juicio es el trabajo interprofesional, donde se tenga más en cuenta la opinión de las enfermeras y esto se traduzca en una toma de decisiones muchas veces conjunta, porque en muchos casos ellas están capacitadas igualmente para esa toma de decisiones, aparte de gozar de una mayor cercanía con los pacientes, o bien ser mediadoras en muchos casos con las familias y conocedoras de las voluntades de los enfermos. "Un país con buenas enfermeras, con estas profesionales sanitarias más competentes, será un país más feliz", sentencia.
