MADRID 25 Jun. (OTR/PRESS) -
Sólo el 6% de los menores practica una dieta alimenticia que puede calificarse como "muy buena" lo que refleja según los expertos que los niños "no saben comer". Según se desprende del estudio realizado por un equipo investigador de la Universidad Complutense de Madrid, hasta un 80 por ciento de los escolares presenta hábitos alimenticios "mejorables", y llegan al 13 por ciento los que practican una diete "inadecuada".
El estudio, coordinado por las catedráticas en Nutrición Ana María Requejo y Rosa María Ortega, fue realizado sobre una muestra de 520 escolares de entre 8 y 12 años, y revela que este grupo de población presenta ingestas insuficientes de determinados nutrientes como la vitamina D, el yodo y el zinc. El documento también constata que el consumo de ciertos alimentos como los cereales, las legumbres y las verduras, no alcanza "media ideal", mientras que en el caso de las carnes y los precocinados, su ingesta es superior a los niveles recomendados.
Por sexos, los varones consumen más cantidad de cereales, carne y precocinados mientras que las mujeres destacan por una menor ingesta de cereales y lácteos. Significativos resultan los escasos niveles que entre las féminas registran el hierro y calcio, con porcentajes inferiores a los recomendados en un 50,6% y un 56,2% de los casos, respectivamente. De todos modos, en líneas generales, son los varones los que siguen las dietas de peor calidad.
MUCHAS PROTEINAS Y GRASAS Y POCOS HIDRATOS
Por otro lado, el perfil calórico muestra un elevado consumo de energía procedente de proteínas y lípidos, en detrimento de los hidratos de carbono. En el caso de las proteínas, se doblan las cantidades recomendadas. El perfil lipídico también alcanza niveles "desequilibrados", con un consumo de ácido grasos saturados (AGS) dos veces superior al recomendado.
El documento también alerta sobre los bajos niveles de consumo de helados entre la población escolar (sólo un 15,4% se declara "consumidor habitual") y aconseja su ingesta ya que, su inclusión en la dieta de un modo controlado, contribuye a resolver algunas de las carencias mencionadas anteriormente.
Así, el consumo de tres helados (de 100 gramos cada uno) a la semana provoca un aumento de nutrientes como la riboflavina (vitamina B2), la vitamina A, el calcio y la vitamina B12. Las expertas destacaron el aumento significativo que se produce en el caso del calcio, ya que se alcanzaría un aporte del 102,7%.
Además, el consumo de helados implica una mejora global del perfil nutricional de los escolares que participaron en el estudio, ya que disminuyeron las calorías aportadas por las proteínas y aumentaron las procedentes de los hidratos de carbono.
"Otro de los aspectos a destacar es que el helado tiene una dimensión lúdica y placentera que hace que para el niño sea un alimento apetecible, al tiempo que sabemos que le está aportando nutrientes muy valiosos" indicó Requejo, que defendió la importancia de las campañas informativas sobre educación nutricional para combatir la obesidad, "un problema que no sólo radica en los hábitos alimenticios sino también en la falta de ejercicio físico".