NIZA (FRANCIA), 8 (EUROPA PRESS/Isabel Jiménez)
Sólo el diez por ciento de los enfermos de trastorno bipolar son diagnosticados en España, según afirmó hoy el director del Programa de Trastorno Bipolar de la Universidad de Barcelona, el doctor Eduard Vieta, durante su intervención en la presentación de la conferencia 'Minds and Hearts of Bipolar Disorder' (Mentes y corazones del trastorno bipolar), en el marco del 16º Congreso Europeo de Psiquiatría que se celebra en la localidad francesa de Niza.
Así, Vieta alertó del peligro que representa la ausencia de diagnóstico y el retraso en la detección, que en España conlleva siete años, y en el inicio del tratamiento del trastorno bipolar, "la enfermedad mental con mayor riesgo de suicidio" (entre un 35 y un 30 por ciento de los pacientes intentan suicidarse, y un 15 por ciento consiguen quitarse la vida).
Para este experto, la falta y el retraso en el diagnóstico se debe a la dificultad para detectar los síntomas de la enfermedad sobre todo cuando se dan en adolescentes, donde los episodios de euforia pueden ser considerados "normales", aunque como también manifestó Vieta, la escasa colaboración entre el sistema de atención primaria y los especialistas en psiquiatría también dificulta la detección de la enfermedad.
El trastorno bipolar es una enfermedad psiquiátrica que produce cambios inusuales en el humor, desde exaltaciones del humor o irritabilidad (lo que se conoce como manía o episodios maníacos), hasta tristeza y desesperanza (fase depresiva), con períodos de humor normal entre ambas fases. Estos cambios extremos afectan a la energía y la capacidad funcional del paciente.
Aunque no existen estudios epidemiológicos, el doctor Vieta sitúa el porcentaje de incidencia en un 4 por ciento de la población española, si se tienen en cuenta los dos tipos de trastorno bipolar (el I con fases de manía más acusadas y el II, con episodios maníacos más leves). En Europa, esta enfermedad afecta a 2,4 millones de personas, según datos de la Unión Europea, con una incidencia similar en hombre y mujeres.
Se trata de una patología crónica, con efectos de gran alcance para los afectados y las personas con las que se relacionan. Si una persona es diagnosticada en la veintena y no recibe el tratamiento adecuado, se estima que podría perder 12 años de buena salud, 14 años de actividad laboral y su esperanza de vida podría reducirse aproximadamente 9 años, según uno de los estudios presentados durante la conferencia.
REDUCCIÓN DE LOS EFECTOS ADVERSOS
Los pacientes con trastorno bipolar tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y cinco veces más probabilidad de padecer diabetes que la población general, afecciones que se agravan con los tratamientos farmacológicos habituales. En cambio, los antipsicóticos de última generación, como el aripiprazol, tiene baja probabilidad de provocar aumento de peso y efectos adversos cardiovasculares.
En ese sentido, la Comisión Europea ha aprobado el uso de 'Abilify' (aripiprazol) en el tratamiento y la prevención de los episodios maníacos del trastorno bipolar, tras la opinión positiva emitida por el Comité de Productos Médicos para Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del medicamento (EMEA), según informó hoy Bristol-Myers Squibb, el laboratorio que comercializa el fármaco en una rueda de prensa durante el Congreso Europeo de Psiquiatría, en Niza (Francia).
Para alcanzar la autorización de la Unión Europea se realizaron 8 ensayos clínicos aleatorizados en los que participaron 2.400 personas, que confirmaron la eficacia, seguridad y tolerabilidad de este antipsicótico de última generación en el tratamiento de los episodios maníacos de trastorno bipolar, que hasta ahora se usaba en el tratamiento de la esquizofrenia.