CÓRDOBA, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Sólo uno de cada tres enfermos asmáticos tiene un buen control de la enfermedad, fundamentalmente por la falta de adherencia terapéutica a los tratamientos y a la infravaloración que el propio paciente hace de sus síntomas, según destacó hoy el doctor Luis Manuel Entrenas, del Servicio de Neumología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, quien se remitió al informe epidemiológico 'Estudio del Control del Asma en España' (Escase).
Entrenas, quien recordó que el próximo 1 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Asma bajo el lema 'Tú puedes controlar tu asma', advirtió de que el asma es una enfermedad crónica que afecta a 300 millones de personas en todo el mundo y que, cuando no se controla correctamente, ocasiona severas limitaciones a quien la sufre, una pérdida significativa de productividad y jornadas escolares y un alto gasto sanitario.
Pese a ello, destacó que el asma "puede ser eficazmente tratado y bien controlado en la mayoría de los casos", ya que, según aclaró, "cuando está controlado el paciente no nota molestias respiratorias ni de día ni de noche", además de que "no necesita usar inhaladores para aliviarse, tiene una vida físicamente activa, una capacidad pulmonar normal o cercana a la normalidad y no está expuesto a tener ataques graves".
Por ello, este experto abogó por informar a estos pacientes de las ventajas que reporta un buen control de la enfermedad, al tiempo que se refirió a un cambio sustancial en el enfoque de dicha patología, que ha pasado de tratar al paciente asmático de acuerdo a su gravedad a tratarlo con el fin de controlar su asma.
En este punto, se refirió al 'Test de Control del Asma' --ACTTM, siglas en inglés-- para la evaluación de los niveles de control del asma, el cual se basa en un cuestionario sencillo, validado clínicamente y diseñado para que lo conteste el propio paciente. Así, mediante este cuestionario el asmático puede saber si el control de su enfermedad es bueno, al tiempo que facilita el seguimiento de los pacientes y representa una mejora en la relación médico-paciente.
Este cuestionario, que se puede aplicar a todos los pacientes independientemente de la gravedad de su enfermedad, puede utilizarse sólo o en combinación con las pruebas de función pulmonar, lo que optimiza su uso.
ELEVADA PREVALENCIA
Entre el 5 y el 8 por ciento de la población adulta española y entre el 8 y el 12 por ciento de los niños sufren asma. Hasta los 12 o 13 años la prevalencia del asma es mayor en niños que en niñas, si bien en la adolescencia el asma incide por igual en ambos sexos, para a partir de los 20 años afectar en mayor medida a las mujeres.
Según estudios epidemiológicos realizados en Italia y países del norte de Europa, estos cambios en la prevalencia por sexo se deben a que, cuando aparece después de la pubertad, el asma es más frecuente en las mujeres que, además, presenta formas más graves y peor función pulmonar.
FACTOR HORMONAL
Asimismo, existen evidencias científicas del efecto de las hormonas femeninas, de tal modo que las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual afectan a entre el 20 y 40 por ciento de las asmáticas en los días pre y menstruales, provocando molestias respiratorias y una mayor severidad de los síntomas, al igual que ocurre en la menopausia.
Además, numerosos estudios han demostrado la relación entre la obesidad y el asma en las mujeres, no así en los hombres. En este sentido, la aparición de la obesidad en niñas entre los seis y los 11 años multiplicaría por siete el riesgo de sufrir asma. De hecho, la comunidad médica sostiene que cuando se controla la obesidad, disminuyen los síntomas, tienen menos crisis y hospitalizaciones, precisan menos medicación, aumenta la calidad de vida y mejoran las pruebas respiratorias.
Aun cuando el control de asma es el principal objetivo del tratamiento de la enfermedad y a pesar de que hoy en día es posible conseguir el control total de los síntomas del asma con los tratamientos disponibles, sólo uno de cada tres pacientes con asma en España tiene controlada su enfermedad.
Entre las causas que provocan el mal control se encuentran el incorrecto cumplimiento del tratamiento por parte del paciente y factores relacionados con la educación de la persona asmática.