MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los estudiantes de Medicina van cambiando sus intenciones a la hora de elegir especialidad y, cuando llegan al último curso, sólo el 26 por ciento tienen clara su decisión, según los resultados de un estudio presentado en el XVI Congreso Europeo de la Asociación Mundial de Médicos de Familia (WONCA, en sus siglas en inglés), que se celebra estos días en Málaga.
En dicho estudio, en el que han participado un total de 5.311 alumnos de 21 facultades de Medicina españolas, se preguntaba a estos estudiantes por sus expectativas y preferencias a lo largo de la carrera. Para determinar la evolución de sus intenciones, contaron con las preferencias de alumnos de primero, tercero y quinto curso.
Según uno de los autores de esta investigación, el profesor Amando Martín Zurro, aunque lo habitual es que sea durante el periodo de residencia cuando se adopta la decisión que marcará el futuro profesional del médico en formación, hay que tener en cuenta que dicha decisión se alimenta principalmente de los "inputs" informativos y de formación que previamente ha recibido ese residente a lo largo de su formación universitaria.
De este modo, sólo el 18,88 por ciento de todos los estudiantes consultados (71% eran mujeres) sitúa a la medicina de familia como una especialidad en una posición de alto prestigio, mientras que el 16,37 por ciento opina que no goza de un estatus similar al de otras especialidades médicas.
Esta escasa consideración entre los estudiantes no ha sorprendido a los autores de este trabajo ya que "entra dentro de lógica teniendo en cuenta el bajo nivel de intensidad de la enseñanza de la medicina de familia y la atención primaria existente aún hoy en una gran parte de las facultades de medicina españolas", denuncia el profesor Martín Zurro.
Este experto añade que las causas de esta percepción de la especialidad son complejas y multifactoriales y admite que las informaciones negativas sobre las frecuentemente difíciles condiciones de trabajo en la atención primaria juegan sin duda un papel significativo.
El estudio refleja que a medida que el alumno va pasando de curso su opinión relativa a la medicina de familia va también empeorando, algo que achan a "los 'inputs' de información negativos que va recibiendo cada vez con más frecuencia según se acerca el final de la licenciatura", sugiere.
Sobre la conveniencia de que la medicina de familia se convierta en un área de conocimiento dentro de la universidad y si eso redundaría en una percepción más favorable, el profesor Martín Zurro no tiene duda de que éste es un factor clave pero no el único. "La mejora de las condiciones laborales, profesionales y económicas de los médicos de familia son también determinantes", insiste.
HAY MÁS INTERÉS CUANDO SE CONOCE
Por otro lado, otro estudio con 156 estudiantes presentado en este congreso, que organiza la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), demuestra que el conocimiento de la causa favorece el interés.
Estos estudiantes estaban en segundo año de carrera y se les hizo un test para determinar su actitud ante la medicina de familia previo a la realización de un curso sobre Atención Primaria y luego se les volvió a hacer otro test posterior a dicho curso.
Los resultados concluyen que el contacto y conocimiento de la labor que realizan los profesionales del primer nivel asistencial se tradujo en una mejor percepción hacia la especialidad. Así en el test previo el 31,5 por ciento afirmó que le gustaría ser médico de familia y esa cifra se elevó al 51,9 por ciento cuando respondieron a la misma pregunta en la encuesta posterior.