MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Federación de Asociaciones de Científico Médicas Españolas (FACME) propone definir en la sanidad pública unos estándares e indicadores de funcionamiento para unidades y servicios hospitalarios para "garantizar" una calidad a los pacientes y, en caso de no cumplirse, plantear su cierre, reconversión o unificación.
"A mi no me gustaría operarme en un sitio donde no cumplen unos estándares", según ha reconocido Carlos Macaya, presidente de esta entidad que agrupa a 41 sociedades científicas del ámbito de la salud y que este lunes ha presentado el documento 'Papel de las Sociedades Científicas en el SNS', en colaboración con el Deusto Business School (DBS) Health.
Dicho trabajo constata como hasta el 78 por ciento de estas entidades cree que hay que cambiar el modelo asistencial actual del Sistema Nacional de Salud (SNS) ya que, como ha reconocido Macaya, "no ha habido reformas profundas desde su creación" y exige un "cambio de chip".
Y entre otras medidas proponen la participación de las sociedades científicas en la fijación de unos estándares mínimos de calidad, seguridad y eficiencia para todas las unidades asistenciales que hay en España.
"Los estándares están para cumplirse y deben ser una referencia, y quien no llegue a ellos se debe plantear su viabilidad", ha reconocido el presidente de FACME, que apunta que esto no debe conllevar la destrucción de puestos de trabajo ni el cierre de unidades, ya que se puede optar por otras alternativas como la reconversión, la unión o la alianza.
De hecho, ha reconocido que en algunas comunidades como Cataluña ya se ha procedido al cierre y unión de determinadas unidades de patologías poco frecuentes "para concentrar actividad, aumentar volumen y dar seguridad al enfermo".
FIJAR UN MÍNIMO DE INTERVENCIONES
Asimismo, ha precisado que estos parámetros, que primero deben acordarse y aplicarse en todo el SNS y luego hacerse públicos para que los conozca la ciudadanía, no deben centrarse únicamente en la mortalidad sino en un mínimo de intervenciones.
"¿Usted se dejaría operar por un cirujano cardiaco que opera 20 veces al año? Yo quiero ir a que me operen donde haya cirujanos que operen un volumen mucho mayor", ha aseverado Macaya, citando además la proliferación de centros sanitarios que ha habido en España que ha propiciado, por ejemplo, que solo en Elche (Alicante) haya dos unidades de cirugía cardiaca.
También ha coincidido en este punto el director del DBS Health y exconsejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa, que admite que actualmente hay centros que ven pocos enfermos y, por tanto, "no están ofreciendo la calidad que se merecen".
Este experto ha reconocido que no es una situación fácil de asumir desde el punto de vista político pero insiste en que debe haber "movimientos de concentración por razones de calidad, seguridad clínica y gasto".
Además, ha reconocido que en otros países ya se está optando por esta situación, como en Reino Unido, ya que Londres ha pasado de 18 a 8 centros preparados para el abordaje del ictus ya que había centros "con poco volumen de actividad y graves problemas de resultados".
QUE LOS PACIENTES SEAN RESPONSABLES DE SU ENFERMEDAD
Por otro lado, y de cara al cambio de modelo que proponen las sociedades científicas, Bengoa ha defendido la necesidad de dar más "voz y voto" a los pacientes para que "se responsabilicen de sus problemas de salud" y "se autogestionen mejor la enfermedad"; e integrar los niveles asistenciales (Atención Primaria y especializada) con los servicios sociales.
"No estamos gestionando bien a la mayor parte de los pacientes. Tenemos un modelo de rescate, centrado en los pacientes agudos, cuando el 80 por ciento son crónicos", ha defendido.
Asimismo, también ha abogado por una mayor inversión en tecnología sanitaria y en 'e-health' para tener mejor controlados a los pacientes. "Pero para ello debemos poner más dinero en sanidad, no es un lujo, es productiva", ha insistido.
Ambos expertos reconocen que en los últimos años se han presentado muchos documentos para cambiar el sistema y han avanzado que van a presentar sus propuestas ante el Ministerio y las comunidades con el objetivo de que "no quede en las estanterías". "Estamos hablando de ejemplos que ya se están haciendo en algunas comunidades, y el diagnóstico ya está hecho, falta por comenzar el tratamiento", ha sentenciado el presidente de FACME.