BILBAO, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Sociedad Vasco-Navarra de Prevención del Tabaquismo, Carlos Cortijo, ha manifestado que, "pese a los temores del sector del ocio y la restauración, siempre reticente a realizar cambios en épocas de crisis, todos los estudios científicos muestran inequívocamente que la creación de espacios sin humo no disminuye el PIB de un país, ni deteriora la situación económica o laboral de este sector".
En una rueda de prensa celebrada en Bilbao, acompañado del presidente de la SEDET (Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo), Javier Ayesta, el presidente de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo ha aseverado que "sólo hay un sector perjudicado: el de las multinacionales del tabaco, que para no defender por sí misma sus intereses directos, dada su falta de credibilidad internacional, financia directamente a la gran patronal del sector del ocio y la restauración, que es la que emite mensajes catastrofistas, pero infundados".
Según ha indicado Javier Ayesta, "una ley está para defender a quienes son más vulnerables, a los más indefensos. Y en este caso, es evidente quienes son los más vulnerables: además de las enfermedades, la exposición involuntaria al humo ambiental de tabaco causa en Euskadi una muerte cada dos días".
En respuesta a unas recientes declaraciones del presidente de Altadis en las que afirmaba que con la nueva ley España se pondría a la altura de países del tercer mundo, ha señalado que "los intereses de la Salud Pública están por encima de los intereses económicos de unas pocas multinacionales".
"Afortunadamente, Euskadi y sus políticos apostarán decididamente por la Salud de la población vasca y por la calidad que ha sido la insignia de identidad de la hostelería vasca y no cederán a las presiones de los lobbys tabaqueros. La cita con la Historia esta servida, el punto de inflexión se producirá ahora porque Euskadi y sus políticos no son la republica bananera que quiere la industria del tabaco", ha manifestado Carlos Cortijo.
Por ello, las sociedades de prevención del tabaquismo exigen una Ley que regule el consumo de tabaco en espacios públicos cerrados, sin excepciones ni áreas de fumadores que la hagan fracasar, para que no llegue a ser la "verdadera herramienta de salud pública que nuestro país necesita". "Es decir, que los políticos hagan que la Salud Pública se imponga al negocio de la industria tabaquera", han concluido.