MADRID 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha recomendado, especialmente, a las personas mayores de 75 años con problemas de salud que se protejan "adecuadamente" ante la ola de frío que va a llegar durante los próximos días, puesto que el enfriamiento empeora los problemas circulatorios y respiratorios.
Concretamente, la SEGG ha aconsejado realizar una dieta que favorezca la producción de energía calorífica con el aumento de carbohidratos --arroz, pasta o legumbres-- y de alimentos con elevado contenido proteico--carnes y pescado azul--. También, ingerir abundantes líquidos y evitar la ingesta de alcohol.
Estos expertos en Geriatría han recomendado además que la temperatura en el domicilio no sea nunca inferior a 21º grados y que las personas mayores eviten siempre que puedan los braseros y las estufas que usan butano y que, en este sentido, se decanten por la calefacción eléctrica o los radiadores.
Asimismo, han apostado por el uso de ropa cómoda y por proteger zonas del cuerpo que pierden bastante calor, como la cabeza. A pesar del frío, desde la SEGG recomiendan continuar con la actividad física en invierno, no solo porque favorece el bienestar en general, sino porque de esta forma se genera calor. No obstante, señalan que los días de lluvia, nieve y viento, estos ejercicios se realicen en casa.
EMPEORAMIENTO
En general, el frío empeora aquellos problemas relacionados con el sistema circulatorio --angina de pecho, circulación en piernas o ictus-- y con el sistema respiratorio por el aumento de las infecciones respiratorias.
Además, el frío favorece que las plaquetas se agreguen y que la sangre pueda circular "más espesa", por lo que favorece a su vez la aparición de infarto de miocardio o de infarto cerebral.
Sin embargo, uno de los problemas más graves que provocan las bajas temperaturas y que puede conducir a la muerte es la hipotermia, cuyos síntomas son piel fría y lentitud física y mental.
Las personas mayores que tienen mayor riesgo de hipotermia son aquellas que viven solas o las que tienen enfermedades como Parkinson, ictus o demencia y problemas de movilidad, desnutrición o alcoholismo, señalan desde la SEGG.