MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los oftalmólogos explican que numerosos problemas oculares que se producen en verano están producidos por los efectos secundarios de la sobreexposición solar y del baño en piscinas y playas. Además, según señalan en un comunicado emitido hoy, como la piel, los ojos deben ser protegidos adecuadamente de los rayos solares.
Una exposición continuada a los rayos solares y el baño en la piscina y en el mar pueden desarrollar o acelerar la formación de lesiones en la superficie corneal o conjuntival, además de producir lesiones intraoculares como alteraciones en la retina o incrementar el riesgo de formación de cataratas, según explicó el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO).
Respecto a los pacientes portadores de lentes de contacto, el IMO explica que deben evitar bañarse en playas y piscinas con las lentillas puestas pues, según señalan, existe el riego de padecer una infección corneal.
Por su parte, las personas que padecen el 'síndrome del ojo seco' -- alteración, generalmente crónica, que modifica la cantidad y calidad de la lágrima del individuo que lo padece -- son más sensibles, según los expertos, a sustancias irritantes como el cloro de las piscinas, pues su superficie ocular se encuentra menos protegida frente a infecciones y agresiones externas.
Para prevenir enfermedades, el IMO propone el uso de lágrimas artificiales a todos aquellos afectados por el 'síndrome del ojo seco', como sustituto de la lágrima. Además, recomienda evitar exposiciones prolongadas al sol y el uso de gafas protectoras con filtros homologados para rayos ultravioletas.