MADRID 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) llaman a extender al Sistema Nacional de Salud (SNSN) la rehabilitación para tratar las secuelas tras la cirugía de cáncer de próstata, así como para otras patologías como la prostatitis o la hiperplasia benigna de próstata.
Con motivo de la celebración de 'Movember', un movimiento a nivel mundial que tiene lugar durante el mes de noviembre y tiene como objetivo concienciar sobre algunos problemas de la salud masculina, como pueden ser el cáncer de próstata y de testículos, así como la depresión masculina, la doctora Laura Morales Ruiz, médica rehabilitadora de la SERMEF, ha incidido en la importancia de estos tratamientos.
"Lo ideal, siempre que sea posible, es comenzar el tratamiento de la intervención (lo que conocemos como prehabilitación), que permite realizar una concienciación y preparación previas de la musculatura, lo que favorecerá antes una mejor y más rápida recuperación en la mayoría de los casos", señala.
El objetivo principal de la rehabilitación previa o posterior a la cirugía del cáncer de próstata es compensar el daño que se produce durante la intervención. "Para ello enseñamos al paciente ejercicios dirigidos a fortalecer la musculatura, se le instruye en cómo realizar los esfuerzos del día a día y se le administra tratamiento farmacológico cuando está indicado. La rehabilitación de suelo pélvico, es, por tanto, esencial en el varón intervenido", explica.
Es importante tener en cuenta que el tipo de ejercicios y la forma de realizarlos deben ser específicos para el suelo pélvico masculino, "ya que se ha comprobado que trasladar al varón lo que ha funcionado en la mujer no es eficaz", añade.
Tras el tratamiento específico, Morales señala que "en ocasiones quedan secuelas que afectan de forma negativa en la calidad de vida de los pacientes que las sufren". En un elevado porcentaje de casos diagnosticados como prostatitis, los síntomas se prolongan durante semanas o meses (es lo que se conoce como prostatitis crónica), llegando a provocar dolor persistente en la región pélvica, disfunciones miccionales (urgencia miccional, dificultad para vaciar la vejiga) o sexuales (disfunción eréctil, dolor durante o después de las relaciones).