MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha aplaudido el reciente anuncio del Ministerio de Sanidad sobre la equiparación del tabaco calentado con el convencional y ahora espera que sea "el punto de partida" para la aplicación de todo el conjunto de medidas recogidas en el Plan Integral de Control y Prevención del Tabaquismo.
Esta nueva normativa transpone así la Directiva Delegada de 9 de junio, que modifica la Directiva 2014/40/UE. Anunciada esta semana por el Ministerio de Sanidad, regula determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y los productos relacionados; y que prohíbe la venta de tabaco calentado que contiene aromas y obliga a que en el etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud.
En este sentido, SEPAR ha informado que el consumo de tabaco calentado en España y Europa se ha incrementado en los últimos años, ya que su accesibilidad ha crecido y su aparición en publicidad tanto en medios como redes sociales se ha realizado aprovechando el vacío legal que rige para estos productos.
Para SEPAR, si bien parecen inocuos, estudios independientes demuestran que favorecen a la inflamación de las vías aérea, el estrés oxidativo y el cáncer de pulmón, además de afectar al endotelio vascular aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, la sociedad asegura que no hay evidencia suficiente para afirmar que los productos de tabaco calentado sean menos nocivos para la salud que los productos de tabaco convencional, ni para aquellas personas que los consumen, ni para aquellas expuestas a sus emisiones.
SEPAR considera esta medida del Gobierno un paso hacia adelante necesario en la prevención del tabaquismo, una enfermedad crónica que en España causa más de 56.000 muertes cada año, más de 1.000 defunciones a la semana.
"Tal como se expone en el documento de posicionamiento de SEPAR sobre las estrategias de reducción de daño del tabaco, estos productos suponen una amenaza para el control del tabaquismo en el mundo. En primer lugar, el fumador considera que son menos nocivos y dificultan la realización de un intento serio de dejar de fumar y en segundo lugar, porque, su consumo en adolescentes como forma inicial de administración de nicotina, representa una forma de entrada en el tabaco", ha incidido el neumólogo y coordinador del Comité Ejecutivo del Área de Tabaquismo de la SEPAR, Carlos Rábade.
EL CAMINO A SEGUIR EN LA LUCHA CONTRA EL TABAQUISMO
Además de las acciones que se contemplan en materia de tabaco calentado, SEPAR continúa defendiendo la implementación de las medidas del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que implicarían una nueva legislación de control del tabaquismo. Mediante ella, aseguran que se conseguirá reducir el número de fumadores diarios. Por consiguiente, se reducirá de forma significativa la mortalidad atribuida al año al tabaquismo en España, que es de más de 50.000 muertes al año.
Este plan propone la subida de los precios del tabaco, la ampliación de los espacios libres sin humo o el empaquetado genérico, medidas que buscan desnormalizar el consumo de tabaco en la población española. Con ello, SEPAR considera que se alcanza el primer objetivo que debe tener una legislación que busque reducir la prevalencia del tabaquismo que es evitar la incorporación de nuevos fumadores.
El segundo objetivo es la protección de los no fumadores. SEPAR asegura que una revisión reciente demuestra el riesgo para la salud de la exposición al humo del tabaco en terrazas (más incidencia de enfermedades respiratorias, cardiológicas, neoplasias e infecciones) especialmente en la población más sensible (embarazadas, enfermos crónicos o de edad avanzada y trabajadores de la hostelería. Si bien se ha reducido la exposición pasiva, la población sigue desprotegida, con más de 450 muertes durante el 2020 en España en no fumadores atribuibles al tabaquismo pasivo, indica la sociedad.
No obstante, SEPAR apunta que estas medidas de carácter coercitivo son insuficientes si no van acompañadas de tratamientos para dejar de fumar. Por este motivo, indica que el plan también hace referencia al tratamiento farmacológico y asesoramiento para dejar de fumar, al que "menos de 20 por ciento de los fumadores tienen acceso". Las medidas correspondientes a este eje implican la financiación de los tratamientos farmacológicos y la asistencia cualificada al alcance de todos los fumadores por igual en dos niveles asistenciales (básico y especializado), concluye.