MADRID 30 May. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte que los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco para calentar son adictivos, no son seguros y no sirven como método de reducción del daño, y además son adictivos, por lo que vuelve a pedir una regulación legislativa idéntica a la del tabaco
convencional.
"La reducción del daño es una falsa solución, al representar una estrategia comercial de la industria tabaquera para incrementar sus ventas dificultando el control del tabaquismo, ya que retiene a los fumadores en el consumo de tabaco e impide que estos hagan intentos serios de abandono. Además, estos productos son una puerta de acceso a los adolescentes en el tabaco", advierten.
Esta es la advertencia que lanza SEPAR en el Documento de posicionamiento de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ante las estrategias de reducción de daño del tabaco, publicado en su revista científica Open Respiratory Archives, con motivo del Día Mundial sin Tabaco, que se celebra cada 31 de mayo.
"Debemos decir alto y claro que los ecigarrillos y el tabaco calentado no son la solución, como explicamos en un nuevo documento de posicionamiento basado en la evidencia científica que debe servir a las autoridades políticas y sanitarias para tomar las decisiones de protección de la salud pública y no fomentar el uso de estas nuevas formas de fumar como mal menor", destaca el doctor Carlos Rábade, neumólogo y coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR.
Se trata del primer manuscrito de una Sociedad científica de la comunidad iberoamericana ante la reducción del daño del tabaco publicado desde la inclusión de los cigarrillos electrónicos como tratamiento para dejar de fumar por las guías National Institute for Health and Care Excellence (NICE), la propuesta de su autorización para ser prescritos a fumadores en el Reino Unido y la presión que ejerce la industria tabaquera para que se los ecigarrillos se adopten con esta finalidad de reducción de daños.
Este documento de posicionamiento expone que, en la última década han aparecido nuevas formes de fumar, como los cigarrillos electrónicos y nuevos productos del tabaco, como el tabaco calentado o tabaco sin humo, que han generado interés como método de reducción de daño.
Las dos grandes conclusiones del documento son las siguientes: la
primera es que "las estrategias de reducción del daño son métodos
ineficaces para el control del tabaquismo, mantienen a los fumadores en el consumo del tabaco y representan una oportunidad para la industria tabaquera en la venta de sus nuevos productos, como el tabaco calentado y el cigarrillo electrónico". Y la segunda es que "el tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos, pese a tener menos tóxicos que el tabaco convencional, no implica que hagan un menor daño, por lo es necesaria una regulación idéntica a la que se aplica a aquel".
El documento de posicionamiento de SEPAR informa de que "en el caso de los cigarrillos electrónicos se han descrito efectos tóxicos sobre el aparato cardiovascular, efectos carcinogénicos, efectos sobre el aparato respiratorio, aumento de la susceptibilidad a la infección por su alteración del sistema inmunitario y mecanismos de defensa".
En el caso del tabaco calentado, la mayor parte de estudios a su favor corresponden a la industria tabacalera, cuando se ha demostrado que tienen capacidad adictiva y efectos negativos conocidos en el sistema nervioso central, el endocrino, el cardiovascular, el respiratorio, el aparato gastrointestinal y el musculoesquelético, el metabolismo en general y el desarrollo del feto.
Produce efectos tóxicos agudos (a corto plazo) tras la exposición, como irritación ocular, faríngea, bronquial, alteraciones digestivas y cefalea y efectos teratógenos de infertilidad masculina y alteraciones cardiovasculares, entre otras.
Ante esta situación, el documento de posicionamiento de SEPAR incide, puesto que ya lo ha reclamado en diversas ocasiones, en que es necesaria una actualización de la legislación vigente de estos nuevos dispositivos de consumo de tabaco para proteger a fumadores y no fumadores.