MADRID 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) ha expresado su satisfacción por las principales conclusiones del informe sobre cigarrillos electrónicos presentado la semana pasada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre las que destacan la prohibición de su uso en locales cerrados, de su venta a menores y el control de la publicidad sobre los mismos, medidas que la entidad ya había reivindicado meses atrás.
Como indica la coordinadora del Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo (GAT), Ana María Furió, "en ausencia de estudios que avalen su utilidad para dejar de fumar, el cigarrillo electrónico no puede ser nunca equiparado con un producto médico".
SemFYC lamentó un punto de la Directiva Europea del Tabaco, aprobada el pasado mes de febrero, que ofrecía la posibilidad de comercializarlos como productos médicos o como derivados del tabaco. "Somos partidarios de la prohibición total de su publicidad y uso en todos los espacios públicos cerrados", añade la doctora.
Coincidiendo con el Día Mundial sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo, semFYC presentó los resultados de una encuesta realizada a 7.000 españoles fumadores y no fumadores, realizada en el marco de la XV Semana sin Humo (26-31 de mayo).
Uno de los resultados refleja que el 90 por ciento de los consultados opina que el cigarrillo electrónico no debería usarse en espacios cerrados, incluidos bares y restaurantes. La mayoría (71% de los fumadores y 82% de ex fumadores) considera que estos productos pueden influir en que los jóvenes empiecen a fumar.
El GAT manifiesta que "no se sabe si los cigarrillos electrónicos son más seguros que los clásicos, por lo que actualmente no se puede incentivar su utilización".
Asimismo, establece que "se deben evaluar los efectos de las diferentes sustancias que llevan y la inhalación de estas varias veces al día durante meses o años". A corto plazo hay un estudio que ha mostrado "efectos fisiológicos adversos sobre la función pulmonar en voluntarios sanos", sin que sea posible establecer claramente su relevancia clínica, y sin valorar los efectos a largo plazo de la exposición continuada.
Por otro lado, advierte de que contienen nicotina, y de que todo apunta a que están compuestos por otros productos "tóxicos para la salud". Además, "pueden suponer una puerta de entrada al consumo de tabaco entre los jóvenes, volver a normalizar el tabaquismo, o convertir a los ex fumadores en consumidores de cigarrillos electrónicos, evitando la abstinencia completa y exponiendo su salud a un nuevo y desconocido tóxico", alertan desde el GAT.