MADRID 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) han firmado un manifiesto en el que alzan la voz frente al intrusismo profesional, que afecta de forma creciente a la profesión médica.
En este escrito, ambas organizaciones invitan a todas las sociedades científicas, colegios médicos, autoridades sanitarias y medios de comunicación a unir sus voces en esta defensa común, "porque la salud no puede ponerse en manos de la improvisación, del marketing ni del oportunismo. Proteger la medicina es, en última instancia, proteger la vida", exponen.
Las sociedades médicas señalan que esta situación es "especialmente sangrante" en el ámbito de la medicina estética, donde proliferan centros no sanitarios, ofertas engañosas y tratamientos invasivos realizados por profesionales no médicos o incluso por personas sin formación sanitaria alguna.
Aunque afirman que también se extiende a otras áreas sensibles de la atención sanitaria, como la ginecología y obstetricia: donde se ha detectado la realización de ecografías obstétricas por parte de personal no facultativo; la indicación de tratamientos hormonales sin diagnóstico médico; o la aplicación de técnicas invasivas en el ámbito del suelo pélvico por profesionales sin la debida cualificación sanitaria.
Las sociedades denuncian que el ejercicio de la medicina no es un acto comercial, sino un acto científico, técnico y profundamente humano que exige años de formación académica, experiencia clínica, conocimiento riguroso de la fisiopatología humana y responsabilidad legal y ética.
En este sentido, estas técnicas realizadas por personal no cualificado "vulneran las leyes sanitarias y comprometen la salud pública", explican las sociedades. Además, los pacientes pierden la confianza en el sistema sanitario, añaden.
Asimismo, las organizaciones exigen en el manifiesto el cumplimiento riguroso de las regulaciones y leyes que conciernen al ejercicio de las profesiones sanitarias; el cierre inmediato de centros que ofrezcan servicios sanitarios sin personal autorizado; la implementación de campañas informativas que alerten a la población sobre los riesgos del intrusismo; la persecución legal del uso fraudulento de títulos y de la publicidad engañosa; el fortalecimiento de los principios deontológicos; una llamada a la acción; y concienciar de que la medicina no puede convertirse en un mercado sin control, donde el paciente sea visto como cliente y la salud como una mercancía.