SEISIDA denuncia reestructuración de los programas de prevención del VIH en Cataluña y Valencia

Actualizado: martes, 25 octubre 2011 14:26

MADRID 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

SEISIDA advierte de que Cataluña y la Comunidad Valenciana han reestructurado sus programas específicos para el VIH y el sida y los han integrado dentro de organismos administrativos superiores donde, es posible, que dejen de ser un área prioritaria, tanto desde un punto de vista presupuestario como de promoción de la salud.

Así, se han integrado en Cataluña dentro de la Agencia de Salud Pública e Cataluña y en Valencia en la Subdirección General de Promoción de la Salud y Prevención. Esto se une a otros recortes, como el que se produjo el año pasado en la Comunidad de Madrid, donde el Plan estratégico del VIH, que se prorrogó hasta 2008, se vio recortado en casi medio millón de euros para 2011.

Desde SEISIDA se quiere subrayar que la prevención sigue siendo "rentable". Los recortes que se están planteando en algunas comunidades autónomas en este sentido, además de que supondrían un importante retroceso en la prevención del VIH y el sida en nuestro país, no serían una manera "inteligente" de recortar el gasto. "En situaciones de "crisis" es preciso adoptar soluciones "inteligentes" y no "cortar por lo sano"", añaden.

En este sentido recuerdan que en la prevención del VIH y el sida han sido claves tanto la Secretaría del Plan Nacional del Sida (SNPS), los planes del sida autonómicos y las organizaciones sociales que, gracias a las campañas de información y a su trabajo diario, han logrado concienciar a la población, especialmente a aquellas personas que mantienen conductas de riesgo, de lo importante que es la prevención en el VIH y el sida. "Pese a ello, hay cuestiones todavía sin resolver, como es el diagnóstico precoz de la infección", advierten.

"Se calcula que cada persona que se infecta consume unos 9.000 euros al año en costes directos (medicamentos, gastos hospitalarios, etc.). A ello hay que añadir los costes indirectos, como las bajas laborales, etc. Si estimamos que una persona con VIH tiene hoy día una esperanza de vida de 70 años, basta con multiplicar el coste del tratamiento por los años vividos para comprender que cada nueva infección no es desde luego una manera de "ahorrar". A lo mejor si a "corto plazo", pero no desde luego desde un punto de vista de Salud Pública a largo plazo", explican.