MADRID 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Es "muy importante" que todo el mundo "se seque bien los oídos con una toalla" después de sumergirse en la playa o la piscina "para evitar que los conductos auditivos permanezcan húmedos" y aumente el riesgo de padecer otitis, según informó este domingo a Europa Press la responsable del Área Médica y de Reacciones Externas de los Centros Oi2, Verónica Ayela.
"Para proteger los conductos auditivos de posibles infecciones se recomienda además utilizar tapones hipoalergénicos y no bañarse en playas sin bandera azul o piscinas que no cumplan los requisitos mínimos de higiene", apuntó esta experta. Nadar o bucear en costas que no posean el galardón internacional que cada año otorga la Fundación de Educación Ambiental, "es signo de que sus aguas no han sido debidamente tratadas y pueden estar contaminadas", explicó la responsable de Oi2.
"Esto propicia la aparición de gérmenes y bacterias que ocasionarían, entre otras complicaciones, infecciones en el oído. Es por esto que lo mejor es cerciorarse antes de dónde se toma el baño para evitar cualquier contagio innecesario", señaló. "No obstante, si a pesar de ello aparecen picores o tapones de cera lo mejor es acudir a un especialista para evitar que una otitis no tratada desemboque en una pérdida de audición irreversible", aseguró Ayela.
Otra de las recomendaciones realizada por esta experta es la de "no zambullirse de manera brusca en aguas profundas". "Es prácticamente imposible evitar que los niños se tiren de cabeza al agua, pero no viene de más advertir al sumergirse en el agua, la presión es mucho más rigurosa que en la superficie, por lo que una zambullida precipitada podría provocar la entrada brusca de agua en los oídos y la consiguiente aparición de infecciones", afirmó.
PRECAUCIÓN CON EL USO DE BASTONCILLOS
En verano, los taponamientos de oídos "son unas de las complicaciones auditivas más habituales", continuó, ya que "la cera acumulada en el oído absorbe el agua durante el baño, hinchándose y provocando así la formación de un tapón".
Pero, "contrariamente a lo que se piensa", no se deben utilizar elementos punzantes o bastoncillos para retirar esta cera y limpiar el oído, comentó. "El uso de estos elementos puede obstruir el canal auditivo empeorando el taponamiento, lastimar la piel del conducto auditivo e incluso alcanzar el tímpano y perforarlo", advirtió Verónica Ayela.
"Se pueden utilizar los bastoncillos pero sólo para limpiar el pabellón auditivo. Nunca se debe profundizar más allá de dónde llegue el dedo", subrayó. Para mantener limpios los conductos internos "se pueden utilizar soluciones salinas de venta en farmacias", pero el conducto auditivo "ya cuenta con un sistema natural de limpieza que procura que el cerumen vaya saliendo hacia fuera y se caiga", recomendó.