Exministros de Sanidad y agentes del sector urgen reducir la deuda pública en Sanidad y buscar "nuevas fórmulas" para mejorar la gestión
MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada cinco ciudadanos (21%) disponen de una póliza de seguro privado y por tanto no consumen recursos de la sanidad pública, lo que le permite al Sistema Nacional de Salud (SNS) ahorrar unos 1.400 euros por persona y año, según datos presentados durante la jornada 'Aportación de la sanidad privada en la sostenibilidad del SNS. Visión de los agentes del sector', organizada por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).
De hecho, y como ha destacado el secretario de esta entidad, Juan Abarca, durante la inauguración de las jornadas, la sanidad privada ofrece "un complemento de calidad" para el sistema público ya que "quien opta por el copago voluntario que supone tener una póliza privada descarga del máximo gasto posible al sistema sanitario público".
Además, ha añadido la secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Margarita Alfonsel, "el gasto privado en salud sigue en una tendencia creciente en relación el gasto público" ya que, por ejemplo, el número de hospitales privados representa más del 50 por ciento de los centros de la red hospitalaria española.
Del mismo modo, y el 25 por ciento de los ingresos hospitalarios que se contabilizan en España se realiza en hospitales privados, mientras que una de cada tres intervenciones quirúrgicas (32%) también se llevan a cabo en la sanidad privada.
Por ello, según apunta esta experta, la redefinición del modelo sanitario que piden los agentes del sector con motivo de la actual crisis económica "pasa por integrar la sanidad pública y privada para mantener un sistema que garantice la calidad asistencial y lo haga sostenible".
También se ha mostrado a favor de la colaboración público-privada el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, quien pide que se destinen los recursos necesarios "para que el nivel de prestaciones y recursos no se revierta" pero, al mismo tiempo, "valorando el coste-efectividad de cada inversión que se realice".
En el foro también han participado los máximos representantes de los consejos generales de médicos y enfermeras, que piden que la colaboración público-privada se haga con "transparencia, evaluación integral y separándola del debate ideológico".
"Medicina sólo hay una y no es ni pública ni privada", ha aseverado el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, mientras que el presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, ha criticado la retribución, la escasa posiblidad de formación y las dificultades de desarrollo profesional que tienen en la sanidad privada, lo que dificulta que este sector pueda retener tanto a facultativos como a personal de Enfermería.
Además, ha cuestionado que en ocasiones se contrate personal "de bajísima cualificación" o el hecho de que "haya más telefonistas que enfermeras" en el sector privado.
LA SANIDAD PRIVADA DESCONGESTIONA LA LISTA DE ESPERA PÚBLICA
En cambio, el presidente del Foro Español de Pacientes, Albert Jovell, ha defendido la necesidad de que exista sanidad privada, "un lujo del que no podemos prescindir" ya que cuando se complementa con la sanidad pública "ayuda a movilizar las listas de espera".
De hecho, propone incentivos fiscales para quienes utilicen los seguros privados y se fomenten nuevas vías de colaboración entre sectores para evitar duplicidad de pruebas diagnósticas y tratamientos.
El problema, según ha añadido la exministra de Sanidad y vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, ha reconocido que "hay gente a la que le sale sarpullido cuando oye hablar de sanidad privada" pese a que, a su juicio, "hay que aprender mucho" de la gestión privada y su proceso asistencial, que tiene al "paciente como centro del sistema".
La diputada 'popular' también ha defendido la necesidad de resolver el déficit que actualmente tiene el SNS y asciende a 15.000 millones de euros, ya que "está generando retrasos en los pagos a los proveedores". Una visión que comparte el también exministro de Sanidad entre 1986 y 1991, Julián García Vargas, que propone a los responsables sanitarios "ajustarse de forma estricta a sus presupuestos".
Para García Vargas, también es necesario redifinir periódicamente la cartera de servicios del SNS para ir incorporando nuevas prestaciones al tiempo que se prescinde de otras, así como exigir a las comunidades que establezcan planes de gasto "eliminando pruebas innecesarias o acortando las estancias hospitalarias".