Carmen Moya advierte que "acercarse al consumo de cannabis y cocaína es como jugar a la ruleta rusa, puedes quedarte enganchado"
MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Sanidad y Consumo está preparando una "potente" campaña de sensibilización sobre los riesgos del consumo de drogas en la salud, que lanzará este verano e irá dirigida principalmente a los jóvenes, con el fin de evitar la banalización que se hace del consumo de sustancias como el cannabis o la cocaína, asociado con frecuencia a las fiestas y a los fines de semana.
En una entrevista concedida a Europa Press, la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), Carmen Moya, advirtió que "acercarse al consumo de cannabis y cocaína es como jugar a la ruleta rusa, puedes quedarte enganchado".
Moya explicó que en los años 80 y 90, el consumo de droga se asociaba fundamentalmente a la heroína y a un tipo de consumidor "compulsivo, marginal, conflictivo y relacionado con la delincuencia, que generaba inseguridad ciudadana".
Actualmente, la heroína representa un papel "más residual" y está bajando su consumo mientras crece el de cannabis, cocaína, pastillas y, por supuesto, el alcohol. Según la delegada del Gobierno del PNSD, el cannabis y la cocaína no producen deterioro físico tan evidente ni la inmediatez en los síntomas como la heroína.
LA DROGA, A MAS DISTANCIA DE OTROS PROBLEMAS.
El hecho de que los efectos no se visualicen inmediatamente, unido a un perfil del consumidor distinto (más jóvenes e integrados socialmente en el ámbito educativo o laboral) han hecho cambiar la percepción social sobre las drogas. "Antes, la sociedad percibía el consumo de heroína como uno de los principales problemas del país, después del terrorismo y el paro. Ahora, el problema de las drogas está a gran distancia del resto", dijo Carmen Moya.
Asimismo, también ha bajado la percepción de riesgo por parte de los consumidores. "Los jóvenes de 14 a 18 años atribuyen más riesgo a fumar una cajetilla de tabaco que a consumir esporádicamente cannabis o cocaína. Para la sociedad parece que el problema ya no existe", añadió.
Por este motivo, Sanidad pretende destacar con sus campañas que, "sin alarmar, el problema de las drogas sigue existiendo y no hay que bajar la guardia por parte de la Administración, de los padres, de la comunidad educativa y de los propios jóvenes".
A este respecto, insistió en que pese a que el consumidor de droga está integrado en la sociedad, concentrado en determinados días de la semana y no se visualiza el deterioro físico, "los efectos son más silenciosos, tarda más en percibirse la pérdida de capacidad de concentración o el fracaso escolar". Así, subrayó, la posibilidad de desarrollar esquizofrenia o problemas psicóticos con el consumo de cannabis es dos o tres veces más alta que otras personas que no tengan estos hábitos.
"ROMPER CON LOS MITOS DE LAS DROGAS".
Además, recalcó que ninguna de estas sustancias es beneficiosa para la salud y su capacidad de adicción es elevada, por lo que abogó por "romper con los mitos en torno a algunas drogas". "No es cierto que el consumo moderado de cannabis o cocaína no perjudique la salud. Se desconoce la vulnerabilidad genética de cada individuo, pero hay personas que con consumos muy bajos se hacen adictos, sobre todo los más jóvenes", agregó.
En opinión de Moya, es necesario instrumentalizar medidas de prevención que sean factibles, y también incidir en el entorno educativo y familiar. "Los padres no deben hacer dejación para educar en valores y hábitos de vida".
Por ello, además de las campañas de sensibilización, el Ministerio de Sanidad tiene también previsto desarrollar actuaciones concretas en el ámbito educativo, en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia, dentro de la formación académica de los niños.
Según Carmen Moya, hay que hacer hincapié en actuaciones de prevención en edades tempranas, antes de la adolescencia, prácticamente al inicio de la educación académica de los niños. "El tema de la prevención no significa sólo hablar de drogas, sino reforzar valores, comportamientos y la personalidad de los niños para enfrentarse a los riesgos de la vida", añadió.
En el ámbito de la familia, destacó la importancia de la proximidad de padres e hijos, la comunicación, saber decir 'no' en determinados momentos y su responsabilidad en la educación. "Hay formas de disuadirles y de dar ejemplo, pues los niños reproducen lo que ven en su entorno próximo. Los padres tienen que ser ejemplo y estar ojo avizor de cambios de comportamiento, hábitos de estudio, amigos, salidas...".
FORMACION EN ATENCION PRIMARIA.
Por otro lado, la delegada del Gobierno del PNSD anunció que también tienen previsto reforzar la formación en materia de drogodependencias de los profesionales sanitarios de atención primaria, pediatras y personal de enfermería, con el fin de "acercarles los conocimientos para que puedan detectar situaciones de riesgo y cómo enfrentarse a las mismas".
"Hay que acercar a los profesionales temas que posibiliten una mejor formación, pero no sólo sobre conocer, percibir, diagnosticar y orientar el tratamiento a los jóvenes que se inician en el consumo de sustancias adictivas, sino también orientado a la investigación en el ámbito cercano con los tratamientos de deshabituación", afirmó.
Igualmente, Carmen Moya apostó por reforzar las actuaciones en el ámbito penitenciario, fundamentalmente en reclusos que necesitan tratamiento. "No hay un fármaco como la metadona para la heroína, pero existen otros tratamientos de deshabituación para la cocaína, el cannabis y otras sustancias".
Así, anunció que este año se hará pública una encuesta hecha en instituciones penitenciarias con 5.000 reclusos de todo el Estado, así como una nueva encuesta a la población escolar entre 14 y 18 años, y una encuesta domiciliaria, con una muestra de casi 27.000 personas entrevistadas de 15 a 65 años, que proporcionarán información útil sobre las últimas tendencias en consumo de drogas.
Por último, Moya avisó que los efectos de la prevención y de las medidas disuasorias sobre drogas no se ven inmediatamente, sino que es necesario un periodo largo de tiempo para poder evaluar los impactos sobre la inversión de tendencias. "Se pueden ir cambiando las tendencias, aunque a largo plazo, igual que pasó con la cultura del tabaco. Si no hubiera campañas de prevención, quizás la situación sería peor", concluyó.