ALMERÍA, 3 May. (EUROPA PRESS) -
La Delegación de Salud ha descartado que haya relación entre los dos casos de meningitis que se han detectado recientemente en Almería. El primero de ellos afectó a un niño de dos años, que falleció el pasado miércoles en el Hospital de Torrecárdenas de la capital por una meningitis tipo C, mientras que el segundo afectado es un bebé de seis meses que ingresó ayer en el mismo centro y que se encuentra fuera de peligro.
Según confirmaron hoy a Europa Press fuentes de la Delegación, no hay vínculo entre ambos casos puesto que, en primer lugar, no existe indicios de que hubiera contacto físico entre los dos pequeños infectados, ya que el fallecido provenía de la capital almeriense y el bebé de seis meses, en cambio, fue trasladado hasta el hospital de esta localidad desde un municipio de la región del Poniente, aún sin especificar.
En segundo lugar, todavía no se ha confirmado que el pequeño aún ingresado, que evoluciona favorablemente tras abandonar ayer la Unidad de Cuidados Intensivos, tenga la misma bacteria que el niño perecido. Éste murió a causa de una meningitis tipo C, la más mortal de las tres variantes existentes (A,B,C).
Por el momento, expertos del laboratorio del centro sanitario están completando el análisis bacteriólogo del virus del pequeño ingresado para determinar el microorganismo y el tipo de meningitis que le afecta. Aunque los resultados se darán a conocer a partir del lunes, las mismas fuentes adelantaron que no hay indicios de que se trate de la mortal variante C.
45 PEQUEÑOS TRATADOS TRAS LA MUERTE DE UN COMPAÑERO.
La preocupación se extendió por la provincia almeriense después de que se conociera la muerte del pequeño de dos años en la capital, de la que se hizo eco varios medios de comunicación de la provincia. Este caso obligó además a que las autoridades sanitarias pusieran bajo tratamiento, de manera preventiva, a 45 niños que compartían clase de guardería con el fallecido.
Dicho tratamiento consistía en la administración de un antibiótico que destruye el germen y elimina el riesgo de infección y contacto con otras personas. Una vez tratados, los pequeños quedaron fuera de peligro, según recogieron los mismos medios.
Tanto este caso como el posterior se han producido en una época en la que es frecuente un repunte de la meningitis, como se conoce a la enfermedad que ocasiona la inflamación de las meninges --membranas que recubren el cerebro y la médula espinal-- y puede ser de tipo bacteriano o viral.
En ambos casos, la transmisión se produce por contagio --de ahí que haya que tratar a las personas que han tenido contacto con los afectados--. En la variante bacteriana, el contacto con el enfermo debe haber sido estrecho y prolongado. Un intercambio de saliva al hablar o toser pueden causar contagio de esta enfermedad.
En el caso de la variante viral, el contagio se da por el contacto de las manos o la boca con el virus eliminado a través de la materia fecal o la saliva.
A pesar de que, por el mecanismo de transmisión, esta enfermedad suele causar preocupación en los padres de niños de corta edad --que son, en gran medida, los afectados-- en la actualidad se haya bajo control de las autoridades sanitarias y cada año existen, a disposición de quienes lo deseen, unidades de vacunas que prevén su afección.