LONDRES 18 Feb. (Reuters/EP) -
Las personas que no creen que su analgésico funcionará realmente pueden reducir o incluso eliminar totalmente la efectividad del medicamento, tal y como se desprende de un estudio de la Universidad de Oxford, que se basa en controles cerebrales para demostrar cómo los sentimientos de una persona pueden influir en el efecto de los fármacos.
En cambio, las expectativas positivas sobre el tratamiento duplicaron el efecto natural fisiológico o bioquímico de un opioide en 22 de los voluntarios sanos que se ofrecieron a colaborar en el estudio.
Para la realización del estudio, publicado 'Science Translational Medicine', los científicos usaron el medicamento remifentanilo, un potente analgésico opioide de rápida acción que se comercializa por GlaxoSmithKline y Abbott como 'Ultiva'.
Los voluntarios fueron colocados en un resonador y se les aplicó calor en una pierna. El equipo le pidió a los pacientes que calificaran el dolor en una escala del 1 a 100.
Según han explicado los responsables de la investigación, el análisis del efecto placebo (y de su opuesto, el nocebo) sugiere que la actividad neuronal en ciertas zonas del cerebro podría monitorearse para medir objetivamente el nivel de eficacia de un fármaco en cada paciente.
"Las imágenes cerebrales nos dicen que los pacientes realmente están activando y desactivando parte de sus cerebros a través de los mecanismos de expectativa, positiva y negativa", explica la directora del trabajo, Irene Tracy.
En este sentido, asegura que el efecto de las expectativas "es lo suficientemente poderoso como para brindar beneficios adicionales concretos al fármaco, pero también es muy capaz de anular el efecto analgésico real".
El efecto placebo es el beneficio real observado cuando los pacientes están recibiendo tratamientos "falsos" pero creen que les harán bien. El efecto nocebo es su opuesto, es decir cuando los pacientes obtienen efectos negativos cuando dudan del tratamiento que están recibiendo.