MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, ha permitido constatar por primera vez el daño del nervio auditivo que provoca escuchar ruidos persistentes o música a un volumen elevado, según los resultados publicados en la revista 'Proocedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
De este modo, los autores reconocen que subir el volumen de la música cuando se escucha a través de unos auriculares puede suponer un daño similar al que provocaría estar cerca del motor de un jet en funcionamiento.
En concreto, han observado que incrementar el volumen de nuestros auriculares o escuchar ruidos altos daña la capa que recubre las células nerviosas que se encargan de transmitir las señales de sonido al cerebro, la mielina, lo que puede causar sordera temporal o permanente, en caso de exposición repetida.
Los científicos descubrieron que la exposición a sonidos altos, por ejemplo de más de 110 decibelios, puede destruir este recubrimiento e interrumpir la llegada de la información al cerebro, cuando a nivel medio, un aparato de MP3 alcanza entre 85 y 90 decibelios.
Pero este daño a la mielina, como explica la doctora Martine Hamann, quien dirigió la investigación, puede revertirse y lograr que las neuronas vuelvan a funcionar con normalidad restaurando el oído. "Ahora entendemos por qué la sordera, en algunos casos, puede revertirse", explica la investigadora a la BBC.
Hamann ha reconocido que en cerca de la mitad de las células analizadas se observó que la cubierta del nervio auditivo se había perdido, "casi como si se hubiera arrancado el cable eléctrico que une al amplificador con el altavoz".
"El efecto es reversible y después de tres meses el oído logra recuperarse igual que la capa que cubre el nervio auditivo", ha explicado la doctora Hamann.
La región del cerebro que se encarga de poder percibir el sonido de los impulsos eléctricos que transportan las neuronas desde el oído es el llamado núcleo coclear dorsal. En estudios previos, la doctora Hamann y su equipo demostraron que el daño a las neuronas en esta región también es responsable de otro trastorno, llamado tinnitus, que es la sensación de un zumbido continuo en el oído.
Se sabe también que la exposición sostenida a sonidos mayores de 90 decibelios (el nivel medio de los aparatos de MP3) puede causar sordera permanente.
La nueva investigación, dice la doctora Hamann, ofrece información importante sobre los mecanismos involucrados en la pérdida del oído y el impacto de la exposición a los sonidos altos.
"Como encontramos que el recubrimiento de la mielina puede recuperarse con el tiempo, esto nos ofrece la posibilidad de seguir estudiando más detalladamente este recubrimiento para encontrar la forma de limitar o contrarrestar el déficit", ha explicado, que recomienda "llevar a cabo más campañas para informar a la población, principalmente a los niños y jóvenes, sobre los riesgos de escuchar música alta".