MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (UMMS, en sus siglas en inglés), en Estados Unidos, plantea la posibilidad de que incluso pequeñas cantidades de comida insana en alguna ocasión pueden producir cambios significativos en la expresión de genes que podrían afectar negativamente la fisiología y la salud.
Un par de artículos publicados en 'Cell' por A.J. Marian Walhout, codirector del Programa de Biología de Sistemas y profesor de Medicina Molecular en UMMS, describen cómo el metabolismo y la fisiología se conectan a la dieta. Usando 'C. elegans', un gusano redondo transparente que se utiliza a menudo como un organismo modelo en estudios genéticos, Walhout y sus colegas observaron cómo las distintas dietas producen diferencias en la expresión de genes que luego pueden ser cruciales en cambios fisiológicos.
"En resumen, se encontró que 'C. elegans' cuando son alimentados con dietas de diferentes tipos de bacterias, responden cambiando radicalmente su programa de expresión génica, dando lugar a importantes cambios en la fisiología", dijo Walhout. "Los gusanos que se alimentaron con una dieta natural de bacterias Comamonas tuvieron menos hijos, vivieron menos y se desarrollaron más rápido en comparación con los alimentados con la dieta estándar de laboratorio de la bacteria 'E. coli'", añade.
Walhout y sus colegas identificaron al menos 87 cambios en la expresión génica de 'C. elegans' entre las dos dietas. Sorprendentemente, estos cambios fueron independientes de los términos de referencia y las vías de señalización de la insulina, los programas de expresión génica típicamente activos en el control nutricional. En su lugar, los cambios se producen, al menos en parte, en un regulador que controla el cambio, un gen que determina el desarrollo y el crecimiento en el gusano.
"Es importante destacar que estos mismos reguladores que están influenciados por la dieta en los gusanos controlan el ritmo circadiano en humanos", dijo Lesley MacNeil, estudiante postdoctoral en el laboratorio de Walhout y primer autor del artículo. "Ya sabemos que los ritmos circadianos están afectados por la dieta. Esto apunta a la posibilidad real de que ahora podemos utilizar 'C. elegans' para estudiar las complejas conexiones entre la expresión génica de la dieta y la fisiología y su relación con las enfermedades humanas", agrega.
Sorprendentemente, Walhout y colegas observaron que incluso cuando se suministra una pequeña cantidad de las bacterias Comamonas en una dieta de otro modo compuesta de bacterias 'E. coli', 'C. elegans' mostraron cambios dramáticos en la expresión genética y la fisiología. Estos resultados proporcionan la tentadora posibilidad de que ciertas dietas no son "saludables" o "poco saludables", pero que algunas cantidades de ciertos alimentos pueden ser óptimas bajo diferentes condiciones y para la promoción de los distintos resultados fisiológicos.