Son especialmente relevantes durante el segundo y tercer trimestre del embarazo
BARCELONA, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona, de la Fundación La Caixa, ha determinado que los fetos más expuestos a ciertos contaminantes del aire presentan cambios en el tamaño de algunas estructuras cerebrales, especialmente durante el segundo y tercer trimestre del embarazo.
El trabajo, realizado junto al centro BCNatal y el Hospital de Sant Pau de Barcelona y publicado en la revista 'The Lancet Planetary Health', es el primero a analizar específicamente esta asociación, informa ISGlobal en un comunicado de este jueves.
METODOLOGÍA
El equipo analizó datos recogidos entre 2018 y 2021 de 754 parejas de madres y fetos del Barcelona Life Study Cohort; durante el tercer trimestre del embarazo, las participantes se sometieron a una neurosonografía transvaginal, una ecografía especializada que permite analizar la forma y las estructuras del cerebro fetal.
La exposición al dióxido de nitrógeno (NO2), material particulado (PM2.5) y carbono negro se estimó mediante modelos híbridos que combinan datos de mediciones reales con métodos estadísticos avanzados.
Además, la investigación consideró tres microambientes --el hogar, el lugar de trabajo y las rutas de desplazamiento de las participantes--, y los patrones de actividad se recopilaron mediante una aplicación de geolocalización en el móvil.
OBSERVACIONES
El equipo investigador observó que la exposición prenatal a NO2, PM2.5 y carbono negro en todos los microambientes mencionados se asoció con un aumento en el volumen de varias cavidades cerebrales que contienen líquido cefalorraquídeo.
En concreto, se identificaron asociaciones directas entre la exposición a estos contaminantes y el aumento del volumen de los ventrículos laterales, ubicados en cada hemisferio cerebral, así como una dilatación de la cisterna magna, una cavidad situada en la parte inferior del cerebro.
Los resultados del estudio también mostraron una asociación entre una mayor exposición al carbono negro y una reducción en la profundidad del surco lateral (también conocido como cisura de Silvio), un surco profundo que atraviesa el cerebro, lo que podría sugerir una menor maduración cerebral.
Aún así, todas las mediciones de las estructuras cerebrales de los participantes están dentro del rango considerado normal, aunque son relevantes "desde una perspectiva poblacional" al informar sobre cómo la contaminación afecta al cerebro fetal, señala la coautora principal del estudio e investigadora de ISGlobal, Laura Gómez-Herrera.