LOS ANGELES 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres que beben dos o más latas de refrescos con gas a lo largo del día tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades renales, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Loyola, en California (Estados Unidos). Sin embargo, este incremento del riesgo no es igual para hombres o para aquellas personas que consuman refrescos bajos en calorías.
Los investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Loyola en California realizaron pruebas a 9.358 adultos de Estados Unidos, incluyendo pruebas de orina y cuestionarios en torno a sus hábitos dietéticos. Según las conclusiones del estudio, publicado en la revista científica PLoSONE, las mujeres que informaron a los científicos de haber bebido dos o más refrescos con gas en las 24 horas previas a los análisis, tenían 1,86% de posibilidades de tener albuminuria.
La albuminuria es un exceso de la cantidad de albúmina en la orina, lo que indica que los riñones no están funcionando correctamente, toda vez que en condiciones normales, los riñones sanos son capaces de filtran ese tipo de moléculas. Si el 11% de la población padece de albuminuria, entre aquellos que beben dos o más latas de refrescos diariamente, el porcentaje aumenta hasta el 17%. Sin embargo, los efectos dañinos sólo se observan en las mujeres.
El director del estudio, el investigador David Shoham, indica que en los últimos años, los casos de diabetes, obesidad y enfermedades renales se han incrementado al mismo tiempo que el consumo jarabe de maíz alto en fructosa, el edulcorante utilizado en la mayoría de los refrescos. Pero, más que la cantidad de jarabe de maíz alto en fructosa, lo es la cantidad de azúcar, indica Shoham, que añade que no hay "demoniaco" en ese tipo de edulcorante.
"La gente está consumiendo demasiado azúcar. El problema con el jarabe de maíz alto en fructosa es que contribuye a un sobreconsumo. Es barato, tiene una larga vida y nos permite comprar una lata de refresco por menos de 140 dólares", indica el científico, que espera poder realizar nuevos estudios que determinen si el aumento del riesgo de enfermedades renales depende del jarabe de maíz alto en fructosa, de un exceso de consumo de azúcar, factores del estilo de vida todavía no contemplados u otras causas desconocidas.