MURCIA 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sección de Hemodinámica del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena ha logrado, de manera exitosa y por primera vez, reabrir el conducto cerrado e implantar tres stents, coloquialmente denominado muelles, mediante técnica retrógrada, en la arteria de un paciente con oclusión crónica total, según ha explicado el doctor Luciano Consuegra, facultativo de la Sección y responsable de la intervención.
El método que se ha empleado se denomina técnica retrógrada y es un procedimiento que sólo se utiliza en pacientes que presentan una arteria coronaria ocluida completamente, sin paso alguno de sangre, cuya estrechez es dura e impenetrable y, por tanto, indica Consuegra, "trabajamos en un escenario que supone una barrera para el tratamiento habitual mediante angioplastia y stent".
Con este avance, el Hospital de Santa Lucía abre una nueva opción de tratamiento para los pacientes coronarios con una enfermedad más compleja y avanzada.
"Se trata, continúa el doctor, de una técnica mucho más compleja pero permite aumentar la tasa de éxitos en este tipo de pacientes y reservada para profesionales con experiencia y centros de referencia habiendo en España pocos centros que la realicen como el Hospital de Galdakano-Usansolo (Vizcaya), con el doctor Rumoroso y el Hospital Puerta de Hierro (Madrid), con el doctor Goikolea, por ejemplo".
Así, y frente a la manera clásica de abrir los vasos ocluidos crónicamente de forma anterógrada, es decir entrando por la 'boca' de la arteria, "hemos utilizado una alternativa llamada técnica por vía retrógrada, que supone la apertura de la arteria a través de colaterales del vaso afectado, es decir, entrando desde atrás a través de otra arteria".
De esta forma, "se consigue ampliar el abanico de probabilidades de éxito en el tratamiento de estos pacientes, ya que entre un 15 y un 30 por ciento de estos casos no pueden solucionarse con la técnica clásica".
La intervención, que ha sido posible gracias a la colaboración de todo el equipo médico y de enfermería, supuso cuatro horas y media de trabajo y el paciente se mantuvo 48 horas en observación, siendo el ingreso total de dos días, y dado de alta posteriormente sin complicaciones.
La cardiopatía isquémica es una de las formas de enfermar más importante como causa de mortalidad y morbilidad en países desarrollados y su modo de expresión clínica habitual es mediante la aparición de la angina de pecho y el infarto agudo de miocardio.
Es, en cierta medida, un reflejo de la creciente longevidad de la población y su causa es la aterosclerosis, un complejo proceso, extensamente estudiado, de base inflamatoria en la pared de las arterias del corazón o coronarias, que culmina con la obstrucción de la arteria y la consiguiente muerte de parte del miocardio, que denominamos isquemia y necrosis.
El tratamiento de esta enfermedad abarca desde la prevención de los factores de riesgo cardiovascular "clásicos" (tabaco, tensión arterial, diabetes y colesterol), el tratamiento con antiagregantes, estatinas y betabloqueantes, así como la apertura de las obstrucciones coronarias.
Este último procedimiento se realiza mediante un cateterismo cardíaco y el implante de prótesis intracoronarias (llamados stents) en la zona de obstrucción, restableciendo un paso de sangre "normal". La apertura de las arterias del corazón tiene un impacto muy favorable en los síntomas y el pronóstico de los pacientes.
La apertura de una arteria coronaria puede ser un procedimiento rápido y técnicamente sencillo en muchos casos con alto porcentaje de éxito o en algunos otros, muy complejo, prolongado y con una tasa de fracaso moderada.