PALMA DE MALLORCA, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La radiación solar y cósmica, el amianto, el polvo de madera dura o el radón son algunos de los agentes cancerígenos o mutágenos que pueden aumentar la incidencia del cáncer durante la actividad laboral, especialmente en aquellos colectivos de profesionales que desarrollan tareas que implican una mayor exposición a estos elementos químicos.
Así lo señaló a Europa Press el catedrático de Química Orgánica de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Pere Deyà quien, no obstante, quiso evitar cualquier tipo de alarma social y apostó por incentivar las medidas de prevención de riesgos laborales relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo, que contempla la legislación vigente, al tratarse de la "mejor forma de hacer frente al riesgo que representa su presencia".
Deyà será uno de los ponentes que participarán el próximo día 15 de marzo en la Jornada que organiza la patronal empresarial CAEB bajo el título 'Palma. Agentes cancerígenos en la empresa", en la que se analizarán diversos aspectos relacionados con la normativa de aplicación y las obligaciones empresariales en las actividades de riesgo de exposición a agentes cancerígenos, y se tratarán las medidas preventivas y de protección a adoptar por la empresa y los trabajadores.
Al respecto, el catedrático de la UIB explicó que su conferencia versará exclusivamente sobre agentes que existe una "demostración científica" de que "pueden incrementar la incidencia de la enfermedad", con el objetivo de proporcionar una serie de recomendaciones "prácticas" para que se apliquen en las empresas.
Entre estos agentes, Deyà mencionó el radón, un gas radiactivo sin olor ni sabor, formado de la degradación del uranio, que se encuentra en pequeñas cantidades en la mayoría de las rocas y en el suelo y en edificios poco ventilados, y cuya exposición a niveles altos produce un aumento en la tasa de cáncer.
Así, también se refirió a la radiación cósmica que, según señaló, podría afectar al personal del sector aéreo que realiza vuelos transoceánicos, motivo por el que "se les limita las horas de vuelo en este tipo de trayectos para evitar que estén sometidos a una dosis de radiación elevada que aumente el riesgo de la enfermedad".
El polvo de madera dura, que es la que se utilizan en carpinterías, y la exposición prolongada al sol, sin usar ningún tipo de protección, son otros de los riesgos más frecuentes "que se pueden minimizar mucho" aplicando la Ley de prevención de riesgos laborales y con una mayor organización de horarios y turnos dentro de las empresas, aseveró.