MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Alcanzar la pubertad a una edad precoz está asociado con conductas de alimentación anómalas y ansiedad en adultos jóvenes, según un estudio de la Universidad del Estado de Michigan que se ha hecho público durante el 6º Congreso Internacional de Neuroendocrinología (ICN 2006) que se celebra estos días en Pittsburgh (Estados Unidos).
El estudio, en el que participaron 1.500 escolares, sugiere que aquellos que experimentan una pubertad precoz son más propensos a verse envueltos en conductas de alimentación anormales y sensaciones de ansiedad durante la edad adulta. Los investigadores descubrieron que esta asociación no se limitaba a las chicas.
En realidad, el estudio descubrió que tanto los chicos como las chicas que informaron de haber entrado en una pubertad precoz en comparación con sus amigos y compañeros puntuaron más alto en lo relativo a medidas de atracones alimentarios, dietas para adelgazar y preocupaciones sobre su consumo de comida, peso o forma corporal, así como ansiedad.
Los resultados de la investigación son consistentes con la idea de que tales conductas son consecuencia de cambios a largo plazo en el circuito cerebral que se producen durante la pubertad, cuando un cerebro aún en desarrollo debe adaptarse al aumento hormonal. Los desorden de la alimentación y la ansiedad a menudo comienzan durante la adolescencia y están asociados con una pubertad precoz, así que algunos expertos han sostenido la opinión de que las presiones psicosociales de destacar entre los compañeros convierten a los adolescentes en más vulnerables.
Según los autores del trabajo científico, otra posibilidad es que las hormonas en si mismas podrían ser las culpables. Julia Zehr, autora principal del estudio, apunta a que si cualquiera de estas teorías fuera cierto, los adultos finalmente crecerían con estas conductas, ya que al final la inconveniencia de la pubertad precoz desaparecería y las hormonas se situarían en niveles adultos.
Según sus descubrimientos de que la pubertad precoz está asociada con mayores síntomas tanto en mujeres como en hombres jóvenes, Zehr cree que las influencias de la pubertad son más biológicas que psicosociales.