Psiquiatras detectan en sus consultas un aumento de casos de violencia escolar y de consumo de alcohol en jóvenes

Actualizado: jueves, 1 junio 2006 16:43

SEVILLA 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

La profesora titular de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y co-presidenta del X Congreso Nacional de la Asociación Española de Psiquiatras Infanto-juveniles, que se está celebrando en Sevilla, la doctora Dolores Mojarro, advirtió hoy del "incremento de casos de violencia escolar" que están siendo tratados en las consultas de estos especialistas, así como del consumo de alcohol en jóvenes "que cada vez beben a edades más tempranas".

En rueda de prensa en Sevilla, Mojarro achacó estos incrementos de las agresiones en las aulas y del consumo del alcohol a "factores multicausales", si bien su homóloga Rafael Caballero también aclaró que algunos de estos casos pueden deberse a problemas psiquiátricos del propio individuo. Con todo, ambas expertas reconocieron que no disponen de una casuística concreta de casos, "ya que no existen estudios epidemiológicos" al efecto.

Aún así, afirmaron que este incremento de casos "existe" y detallaron que se aprecia "más en los varones, frente a las chicas", ya que, según explicaron, "la violencia que ejercen los niños es más física o manifiesta, frente a la agresividad que ejercen las chicas que está más encubierta y que no es ya tanto física".

El también profesor titular de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla Pedro Benjumea apuntó, por su parte, que el problema del consumo de alcohol entre adolescentes "no es sólo el abuso que hacen de éste, sino que, en ocasiones, esconde un trastorno depresivo que ni siquiera conoce el propio adolescente".

Así, aclaró que este abuso puede deberse tanto a una coyuntura social favorable, se refirió a la permisividad de la sociedad, como a la disposición personal y biológica que una persona puede tener a la hora de hacerse dependiente al consumo de alcohol o drogas.

A modo de ejemplo, afirmó que pueden ocurrir casos, "y de hecho se dan", de jóvenes de 14 años que beban dos botellas de cerveza de litro porque responde al patrón social del momento, pero también otros casos en los que este patrón o la predisposición biológica del individuo le llevan a ser dependiente a estas sustancias.

PAPEL DE LOS PADRES

Al hilo de ello, este experto se refirió a la importancia de una detección precoz por parte de los especialista y los padres, puesto que, según advirtió, estos cuadros depresivos "pueden llevar posteriormente a un suicidio".

De igual forma, estos especialistas alertaron de que el abuso de los videojuegos a estas edades "puede propiciar en individuos ya de por sí predispuestos al asilamiento social", si bien Benjumea dejó claró que dicho extremo "sería un factor más, pero no la causa en sí".

Por ello, insistió en que la confianza de los propios padres a que el temperamento irascible de sus hijos puede cambiar si se establecen unas normas y se tiene calma supone "un peso específico muy importante" a la hora de modular y cambiar conductas agresivas o más irritables.

Con todo, Benjumea reconoció que el temperamento es la "porción de la personalidad que aparece en el individuo más precozmente y que tiene un carácter hereditario debido a su base biológica". Según dijo, "al parecer esos rasgos biológicos que determinan el posterior temperamento del niños pueden tener relación dependiendo de la mayor o menor actividad cerebral del hemisferio izquierdo o derecho".

BASES BIOLOGICAS DEL TEMPERAMENTO

Así, sostuvo que las investigaciones apuntan a que una mayor actividad cerebral en el hemisferio derecho frente al izquierdo "concuerda con una mayor proporción de niños que responden de forma muy irritable a las situaciones adversas y difíciles que se le presentan en su vida".

No obstante, insistió en la "gran plasticidad del cerebro" a la hora de adaptarse a los cambios sociales y educacionales, por lo que insistió en la necesidad de incidir padres y expertos en estos factores.

De otro lado, este congreso tratará de otras cuestiones como el autismo, que actualmente se detecta en España en niños a partir de los 18 meses, así como los trastornos de déficit de atención por hiperactividad del niño, entre otros asuntos.