MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Celso Arango López, ha defendido que "por ahora no hay ningún tipo de evidencia" científica sobre la eficacia del cannabis medicinal para tratar trastornos mentales.
"Por ahora no hay ningún tipo de evidencia científica para el uso de cannabis medicinal en trastornos mentales. Estamos abiertos a ello, estoy participando en ensayos clínicos pero a día de hoy no existe ninguna evidencia", ha defendido durante su comparecencia en la subcomisión de cannabis medicinal del Congreso de los Diputados.
El experto ha instado, por tanto, a producir estudios científicos que aclaren este asunto, de forma que sean las agencias reguladoras las que puedan "evaluar los pros y los contras". "Rechazo a priori de nada, necesitamos investigación. Estamos abierto a cualquier resultado de las investigaciones. Ojalá se demostrara que son efectivos", ha apostillado.
En este sentido, ha advertido de que "uno de los contras es el aumento de incidencia de trastornos mentales como factor de riesgo" tras el consumo de cannabis. Arango ha puesto como ejemplo la experiencia en Estados Unidos, donde se ha observado que "cuanto más consumo de cannabis y más fácil sea consumirlo se producen más casos de psicosis".
"Un porcentaje de los brotes psicóticos que hay en nuestro país se deben al cannabis. Cuanto más cannabis haya, medicinal o no, más psicosis habrá", ha alertado, a lo que ha añadido que la relación de esta sustancia con los trastornos psicóticos es "clara y causal".
Arango ha apuntado que "si a alguien afecta de forma negativa especialmente es a los adolescentes". "A día de hoy, si podemos reducir con la que está cayendo en la salud mental de los adolescentes cualquier factor de riesgo, como el cannabis, bienvenido sea", ha indicado.
Por su parte, Néstor Szerman Bolotner, especialista en Psiquiatría y presidente de la Asociación Mundial de Patología Dual (WADD, por sus siglas en inglés), ha lamentado que el debate sobre el cannabis siempre sea tan "emocional".
"Las preocupaciones y controversias están centradas en afirmaciones terapéuticas demasiado optimistas, diciendo que de repente es la panacea para la felicidad. Otras afirmaciones apuntan que solo tiene daños. La evidencia científica debe ser la base de las decisiones políticas relacionadas con la salud", ha argumentado.
Por todo ello, ha defendido que su uso debe realizarse tras la puesta en marcha de ensayos clínicos. "El cannabis actúa sobre el sistema cannabinoide endógeno. Los efectos son diferentes según seamos las personas genéticamente diferentes. El uso del CBD debe estar basado en ensayos clínicos sobre psicosis y deben establecerse barreras para dificultar el acceso al cannabis de adolescentes y personas con alto riesgo de psicosis", ha esgrimido.
En cualquier caso, ha reconocido que "es muy difícil tener ensayos controlados que verifiquen su utilidad". "La posibilidad de desarrollar adicción o psicosis depende de la vulnerabilidad individual. Los preparados con altos porcentajes de THC (mayor al 10 por ciento) pueden producir psicosis en personas con baja vulnerabilidad y que quizás nunca la habrían tenido", ha remachado.