MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
María del Carmen Rodríguez, tutora del grado de Psicología y directora de un centro de psicología, ha advertido de la posibilidad de agorafobia (fobia a los lugares públicos) entre la población a raíz del confinamiento por el COVID-19. "Por mucho que ahora llamen "nueva normalidad" a lo que vivimos, es nueva pero no es normalidad. Será necesario tener muy en cuenta las agorafobias (por el confinamiento) y los cuadros de ansiedad, tanto por los efectos sanitarios como por la repercusión económica y social", explica.
Rodríguez trabaja mayoritariamente con niños, pero justamente durante la vuelta "se ha encontrado con nuevas consultas de adultos con cuadros de ansiedad, de parejas afectadas por el confinamiento y de niños con fobias, pesadillas y problemas de conducta".
Esta pandemia ha tenido efectos muy diferentes según la edad. También a la hora de vivirla, las personas se han enfrentado a ella de forma diferente: "Las personas mayores han sido disciplinadas, han hecho un esfuerzo para seguir el confinamiento. Han sufrido soledad (especialmente los que no dominan las nuevas tecnologías, como por ejemplo móviles, tabletas, videollamadas, etc.); han vivido el confinamiento con tristeza y añoranza, pero con resignación".
En cuanto a los niños, Rodríguez hace dos distinciones de cómo se ha vivido esta situación, tanto de confinamiento como de desconfinamiento. "Algunos han necesitado apoyo emocional durante el confinamiento, hecho que se ha manifestado en trastornos de conducta y pesadillas. Hay otros que al principio lo soportaban bastante bien y que, justamente en el momento de volver a cierta normalidad, están más nerviosos. Muchos de ellos se han conectado a las redes sociales y a los videojuegos más de lo que ya es habitual y, ahora que tienen que salir, les está costando mucho", señala.
Por el contrario, los adolescentes "han salido a la calle con la necesidad de encontrarse con sus amigos y realmente no tienen conciencia de la situación, por lo que se están poniendo en peligro". "No respetan la distancia de seguridad, entre otros incumplimientos", argumenta la experta.